Polémica por la millonaria salida de Goirigolzarri de BBVA
La salida de Goirigolzarri con su jugosa pensión bajo el brazo provocó un gran malestar y polémica entre partidos políticos y los sindicatos en un momento en el que se debatía en todo el mundo la necesidad de controlar y limitar las primas e incentivos de las que se benefician los altos directivos de las entidades financieras.
Críticas desde el Gobierno de Zapatero
Desde el Gobierno socialista la posición fue claramente crítica, aunque se manifestó respeto por lo que era una decisión de una entidad privada. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, en el Congreso de los Diputados, afirmó que “siendo una cuestión privada cabe una consideración de ética sobre la que saben cuál es la opinión del Gobierno".
El entonces ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, pidió que desde el BBVA "nunca nos den consejos para que congelemos las pensiones de 800 euros o abaratemos el despido". Por su parte, el titular de Educación, Ángel Gabilondo, manifestó que era "muy duro" que existan pensiones como la pactada para Goirigolzarri, en un contexto de crisis.
Los sindicatos manifestaron su "irritación"
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, declaró su "irritación justificada" por este asunto que, según dijo, "lamentablemente no es infrecuente", y pidió a la CEOE que fuera "más comedida" en los planteamientos que defiende sobre el coste del despido.
Por su parte, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo afirmó que "los mismos sectores que vienen planteando abaratar el coste del despido en este país para generar empleo" realizan después prácticas como la llevada a cabo por el BBVA.
