Me atrevo a escribir que ninguna presión política le hubiera hecho dar este paso. Es una decisión puramente personal, consecuencia de su propia vida. Nada más.
Pero, como en toda decisión que afecta a grandes colectivos (empresas o instituciones políticas), hay consecuencias más allá de las inmediatamente deseadas.
Ahora me voy a olvidar de lo esencial para analizar lo complementario.
Es difícil encontrar un momento tan oportuno como éste para dejar la Presidencia de la Comunidad de Madrid ganada una y otra vez por Esperanza Aguirre y el Partido Popular.
En los meses inmediatos vamos a vivir el drama del aumento de recortes a los ciudadanos españoles al hilo de la petición de rescate económico que tendrá que hacer el presidente del Gobierno y del PP. Esperanza Aguirre ya no tendrá que repercutirlos a los madrileños.
En los meses inmediatos la economía generará más españoles parados (incluido Madrid). Esperanza Aguirre ya no estará allí.
Mariano Rajoy va a estar en la cuerda floja política, porque va a tener que adoptar todos los días medidas contrarias a su programa y siempre sin parecer convencido y siempre un poco más tarde de lo necesario. Esperanza Aguirre sí que estará por ahí.
Mariano Rajoy podría tener muy difícil seguir gobernando sobre la mentira, la duda y los resultados desastrosos. Esperanza Aguirre puede ser una alternativa.
Si llega una crisis de gobierno (que puede llegar) ¿quién hay en el Partido Popular con credibilidad para sustituir a Rajoy sin convocar elecciones y alterar mayorías? Esperanza Aguirre, sólo Esperanza Aguirre.
Como creo que Esperanza Aguirre mejorará en pocos meses de sus problemas de salud (si son la causa de todo), lo más seguro es que tengamos en España una alternativa clara para ese día en el Rajoy no pueda dirigir más tiempo un país con crisis existencial.
Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
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