Este lunes el Vaticano anunció que había detenido a dos personas por haber presuntamente divulgado material secreto, un caso considerado una reedición del conocido como "Vatileaks". Ambos eran miembros de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA). Uno de ellos es el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, nacido en 1961 en Villamediana de Iregua (La Rioja), licenciado en Teología Espiritual y doctor en Teología, especializado en asuntos económicos y miembro del Opus Dei. Pero ¿cuál es la historia de este sacerdote para haber llegado a ser el nuevo 'cuervo' del Vaticano?

El Contable de Dios y bróker de la Iglesia
Vallejo Balda es conocido por los periodistas como "el contable de Dios", después de que fuese nombrado secretario de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede. Pero su fama de gestor económico le venía de su etapa en España. Según recoge el Diario de León, justo después de su ordenación sacerdotal en 1987, el obispo de Astorga, Antonio Briva Miravent, le encargó las cuentas diocesanas con solo 26 años hasta que en 2011 fue llamado por Benedicto XVI para modernizar las cuentas de la Santa Sede tras buenas recomendaciones de la Conferencia Episcopal y haber encabezado el equipo económico de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid.

Pero la gestión de Vallejo Balda del dinero de la Iglesia siempre ha estado acompañada por la polémica. Durante su etapa en Astorga la diócesis perdió más de 300.000 euros por el escándalo de Gescartera donde se había invertido. También bajo su gestión el Obispado inmatriculó a su nombre propiedades en todos los pueblos de la diócesis, aunque el Valleo se olvidó de regularizar sus propios inmuebles como una casa de diseño que ganó el Premio de Arquitectura de Castilla y León en el año 2009.

Además de "el Contable de Dios", también se le conocía como "el bróker de la iglesia" ya que creó en julio de 2007 una Sociedad de Inversión de Capital Variable (Sicav), Vayomer de la que llegó a ser el accionista mayoritario y que gestiona el patrimonio de la Conferencia Episcopal.

El principio del fin
Después de esta carrera fulgurante hasta lo más alto de la Iglesia Católica, todo se torció para Vallejo Balda cuando fue destituido hace un años por el Papa Francisco tras su participación en un banquete de lujo en la azotea de la prefectura vaticana de Asuntos Económicos durante la canonización del Papa Juan Pablo II y Juan XXIII. El evento estuvo organizado por Francesca Chaouqui, la otra detenida. La fiesta, a la que asistieron unas 150 personas, costó 18.000 euros y provocó un enfado monumental del Papa.

Astorga calla
Desde el obispado de Astorga, donde sigue incardinado como sacerdote Lucio Ángel Vallejo Balda, insisten en que éste "no depende" de ellos en la actualidad porque "ejerce su cargo en la Santa Sede, por lo tanto no valoramos" lo ocurrido, según recoge ileon.com.

El Opus Dei busca desligarse
Por su parte, la organización católica ultraconservadora Opus Dei, en un comunicado publicado por Iglesia Actualidad, mostró su "sorpresa y dolor" y ha intentado desligarse del sacerdote explicando que éste pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, “asociación de presbíteros intrínsecamente unida al Opus Dei, y desde la que no tiene el derecho de intervenir en el ministerio pastoral ni en los trabajos que los socios desarrollan en sus diócesis o en la Santa Sede". La organización ultracatólica echa valores fuera y señala a "la Santa Sede y el obispo de la diócesis donde está incardinado" como los superiores y responsables de las acciones de Vallejo Balda.