Sin duda alguna, a la alcaldesa de Madrid le gustaría implantar en la ciudad un invento que se ha conocido estas semanas. De todos es sabido que la limpieza es algo que a Manuela Carmena, como debería ocurrir con todos los regidores, le trae de cabeza. Sin ir más lejos, coincidiendo con la recepción a los jugadores de baloncesto del Real Madrid por la consecución de la Copa del Rey, les obsequió con sus ya famosos ceniceros portátiles.

Recibió críticas e, incluso, fue objeto de alguna mofa, sin embargo ¿Qué mejor para seguir dando a conocer los ceniceros/colilleros que regalárselos al mejor equipo de basket del país? Al fin y al cabo, es el sueño de cualquier director de comunicación: publicidad gratuita y en un soporte de nivel.

Poca concienciación

Al margen de polémicas, a la regidora capitalina, sin duda, le encantará lo que han ideado dos jóvenes indios de 26 años: la papelera con Wifi.

La idea del artilugio, del que informó en su momento la CNN, surgió cuando sus inventores, ambos fundadores de la firma ThinkScream, estaban en un festival de música popular en Bangalore y tras perderse tardaron dos horas en volver a encontrarse. En ese instante se dieron cuenta de la falta de conexión en eventos de este tipo.

Si a esto unimos, como indicaron Raj Desai y Pratik Agarwal -sus creadores- a la cadena estadounidense, el hecho de que “India es un país donde a la gente le encanta romper las normas”. Asimismo, también comentaron que hay “falta de respeto a los espacios públicos" siendo habitual que la gente tire "la basura en cualquier lugar”. Estos dos elementos han desembocado en un invento que algunos han calificado ya como absurdo.

Su funcionamiento es muy sencillo. Estas papeleras generan un código en el momento en que alguien deposita los residuos que permite una conexión Wifi gratuita de 15 minutos en un radio de 50 metros aproximadamente.

Un poco caras

Hasta el momento sus inventores no hacen una valoración de cómo está funcionando su papelera inteligente, pero varias empresas ya se han interesado en ella.

No sabemos si esto funcionaría en una ciudad como Madrid, ni siquiera entramos a evaluar si se trata o no de una de esas ideas alocadas a las que a veces se llega en esto de la tecnología. Lo que está claro es que, con las arcas municipales de la capital temblando, el coste de cada uno de estos recipientes se antoja, a priori, un tanto prohibitivo (alrededor de 1.400 euros). De todas maneras, es una idea que en India parece que, poco a poco, va calando.