Después de que el Gobierno de Syriza anunciara nuevos recortes en pensiones y subidas de impuestos, el Eurogrupo ha abierto la mano a la hora de negociar el tercer rescate heleno. Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona negociaron hasta la madrugada del lunes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se sumara a la operación con la que se pretende un alivio de la deuda griega a corto, medio y largo plazo.

Presión del Gobierno heleno y del FMI
El Eurogrupo quiere alcanzar un acuerdo sobre posibles medidas en su reunión extraordinaria del próximo 24 de mayo, para lo que los "número dos" de los ministros, normalmente los secretarios del Tesoro, y los expertos trabajarán en los aspectos técnicos, explicó el presidente de este foro de la eurozona, Jeroen Dijsselbloem. Los ministros han actuado así presionado por un lado por Grecia que reclamó una declaración clara a favor de un alivio de la deuda griega, y por otro por el FMI que les exigió actuar ya si quieren mantener el objetivo de superávit primario en el 3,5 % del PIB griego para 2018. El FMI considera este objetivo inviable y contraproducente si solo se logra en caso de desvío solo con recortes de gastos discrecionales y puntuales y con subidas de impuestos.

Posibles aplazamientos, compras del BCE y medidas "adicionales"
El ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, afirmó que "es un gran alivio que finalmente estemos hablando en términos específicos" sobre las posibles medidas, después de que la eurozona ya se comprometiera en 2012 a evaluar un alivio de la deuda si "fuera necesario". La eurozona considerará ahora medidas de alivio a corto plazo y posibilidades para optimizar la gestión de la deuda, es decir reducir los costes para Grecia, en tanto que para el medio plazo explorará acciones específicas -como periodos de gracia y de pago más largos, aplazamiento del pago de los intereses- que pueden ser utilizadas si fuera necesario al término del rescate. Ello quiere decir que solo podrían aplicarse a finales de 2018 o principios de 2019, explicó Dijsselbloem. También se considerará en esta fase el uso de los beneficios del programa de compra de deuda del BCE y del los bancos centrales nacionales desde 2015 en adelante. Para el alivio de la deuda a largo plazo, el Eurogrupo está dispuesto a evaluar, si fuera necesario y si Grecia cumple los objetivos de superávit primario, "medidas adicionales de alivio de la deuda al final del programa".

Línea roja: no puede haber quita nominal 
El presidente del Eurogrupo recalcó que hay solo dos líneas rojas en este debate: no puede haber una quita nominal, ni tampoco cambios sustanciales al programa de rescate. El Eurogrupo ha dejado de mirar el ratio entre la deuda y el PIB y ha centrado su enfoque en los costes del servicio anual de la deuda, que podría fijarse en un tope de entre el 15 y 20 %, según fuentes de la eurozona. El otro elemento del plan de la eurozona para convencer al FMI de que debe participar en el rescate es que los ministros han adaptado, al gusto de la entidad, esperan, el mecanismo de contingencia que debe entrar en funcionamiento automáticamente cuando Atenas se desvíe de su objetivo de superávit primario, que es del 3,5 % del PIB en 2018. Dijsselbloem explicó que el Eurogrupo ha decidido que el mecanismo debe incluir no solo recortes de gastos discrecionales, sino aplicar los ajustes "a todo el abanico", es decir también a los gastos no discrecionales. Igualmente considera que sería bueno "tener un paquete más equilibrado, que incluya también ingresos", tal y como pide el FMI. Así, en el próximo presupuesto griego los recortes de gastos "podrían ser sustituidos por medidas de ingresos", explicó Dijsselbloem. Una alusión a la subida de impuestos, algo que ya ha anunciado el Ejecutivo heleno. 

Pendientes del FMI
Además, el Eurogrupo ha considerado que las medidas de contingencia deben "acordarse con las instituciones" para no ser rechazadas posteriormente y arriesgar igualmente un desvío. La eurozona cree que el acuerdo y la implementación de las reformas que forman parte de la primera revisión - como las reformas de pensiones, la subida de impuestos, el tratamiento de los créditos morosos, la creación del fondo de privatizaciones y de una agencia independiente de recaudación de impuestos-, junto con unas garantías de financiación adecuadas por parte de la eurozona y un pacto sobre la deuda, "permitirán al FMI participar en el programa". "El FMI piensa que se trata de un buen enfoque y que es bueno identificar e diferenciar medidas de alivio de deuda a corto, medio y largo plazo", añadió el presidente del Eurogrupo. También el diseño del mecanismo de contingencia "hace frente a sus inquietudes" de la entidad con sede en Washington, señaló Dijsselbloem.