El periodista Carlos Herrera, se ha lanzado a la polémica por la prohibición de llevar banderas independentistas catalanas a la final de la Copa del Rey de futbol el próximo sábado en el estado Vicente Calderón y que enfrenta al F.C. Barcelona contra el Sevilla.

Herrera no ha dudado en calificar de “gilipollez” en su columna de ABC a los que llevan esta bandera “como pareo o como símbolo expresivo de su identidad política”, pero reconoce que no se puede calificar como un delito llevarla.

El locutor de la Cadena COPE considera que simplemente se hace un “uso instrumental” de este símbolo independentista, “así como en todo acto progre que se precie de tal nunca falta el tonto con la bandera republicana”.

Dicho esto, se muestra de acuerdo con la prohibición de la delegada del Gobierno en Madrid y con la justificación de la medida en la Ley del Deporte, que la califica de un símbolo que fomenta comportamientos violentos, y carga contra Carles Puigdemont y Ada Colau, que han anunciado que no acudirán al partido por la prohibición.

Respaldado por el periódico

Pero si Herrera lo ha hecho desde su columna, los principales diarios nacionales también se han lanzado al debate de las esteladas en sus editoriales. El ABC directamente ha calificado de “ilegal” el uso de esta bandera y ha cargado contra el independentismo por hacer “un uso espurio e inmoral de la libertad de expresión”.

El diario conservador se congratula de la prohibición afirmando que “España ha perdido demasiado tiempo templando gaitas con el secesionismo, y ya no son de recibo más conductas permisivas”.

También desde su editorial, ABC manda un recado al F.C. Barcelona, invitándole a irse de esta competición si “defiende el uso de la estelada en un partido oficial vulnerando la ley”, algo que también ha hecho Herrera.

Futbolizar la política

Otros diarios se han centrado más en el aspecto político que ha tomado la prohibición, sobrepasando el meramente deportivo que debería imperar en un partido de futbol.

El diario El País califica la decisión de “error descomunal” y con el único objetivo de “futbolizar la política” entrando en el juego de los independentistas.

También este diario se muestra contrario a que la decisión se justifique con la Ley del Deporte, “que nos lleva a una asociación de ideas entre violencia e independentismo catalán no avalada por los hechos”.

El País argumenta que, “en democracia, las limitaciones a la libertad de expresión deben estar justificadas” aunque, al igual que el resto de periódicos, afea a Puigdemont y Colau el gesto de no acudir al partido, contribuyendo “a la escalada de la guerra de símbolos”.

Doble rasero

Compartiendo mayormente los argumentos de El País, El Mundo señala en su editorial el “doble rasero” del nacionalismo catalán, al recoger que se indignan por esta prohibición, pero “no toleran la exhibición de símbolos nacionales en Cataluña y Barcelona”. “Los independentistas carecen de toda autoridad moral para protestar por la prohibición”, afirma.

Aquí no hay política

Frente a esta clara politización del futbol, el diario La Razón afirma contundente que “no existe intencionalidad política alguna en la prohibición”, y señala que ésta “obedece a meras razones de seguridad pública”.

El periódico de Francisco Marhuenda pide que no se caiga “en la trampa de los separatistas catalanes que, como en otras ocasiones, alimentan falsas polémicas victimistas”.