La semana ha empezado fuerte en lo que a campaña electoral se refiere. Los partidos han puesto a punto su máquina propagandística publicando vídeos en los que no dudan en vender sus virtudes y lanzar dardos envenenados a sus rivales. En esto se centra la campaña, en decir lo bueno que es uno mismo y lo malo que es el de al lado, en mostrarse como la salvación del país y culpar al anterior de todos los males. Y todo, sin centrarse en lo verdaderamente importante: las necesidades, las vivencias, los problemas de cada una de las personas que este 26J tendrán que volver a las urnas.

Es cierto que esta clase de vídeos tienen éxito en las redes sociales, aunque quizás más por las polémicas que despiertan, pero este lunes hay otro vídeo del que hay que hablar. Uno que muestra la desesperación y las denuncias de una profesora interina que lleva desde diciembre de 2012 en paro, a la que le han denegado una y otra vez los subsidios. Una profesora que con dos niños pequeños ha decidido luchar y enfrentarse a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.

Esta mujer es Yolanda, la misma que en enero de 2016 contaba a ELPLURAL.COM como había sido despedida dentro del “exterminio encubierto” que Lucía Fígar llevó a cabo en la educación madrileña. Ella es una de las 7.500 profesionales de la educación que se vieron en la calle tras la implantación de una serie de decretos que invalidaba, de la noche a la mañana, sus estudios y su experiencia con la intención de favorecer a la educación privada.

Ahora, ha decidido contar su historia en un vídeo público colgado en las redes sociales que, en menos de siete horas, ya cuenta con casi 20.000 reproducciones y que más de 1.300 personas han decidido compartir.

“¿Venezuela? A mí que no me hablen de Venezuela”, dice Yolanda para quejarse de que los políticos están metiendo a este país y sus problemas en campaña para no tener que hablar de los de España. “Fui a mendigar una ayuda de 400 euros otra vez la semana pasada y volví sin nada. Me quitaron la sanidad hace un año y tuve que solicitarla de nuevo demostrando que era pobre... ¿Cuántos millones de personas estamos así?”, se pregunta.

“No me jodáis contándome nada de un país al otro lado del mundo solo para meter miedo y mierda en una sociedad que por desgracia muestra más bríos y unidad para ver una final de fútbol que para luchar por sus derechos o enfrentar a quienes llevan cuarenta años expoliando España", exige. "Os dejo mi testimonio, por si sirve para algo. No me quedan fuerzas para seguir así, recibiendo golpes, injusticias, vejaciones desde las instituciones y esos miserables que las gestionan. Yo no quiero una limosna, quiero un trabajo digno y proporcional al esfuerzo de años y años de estudio, de esfuerzo, de constancia”.