"O simplemente, Mariano, un valor seguro", reconoce -con una gran dosis de ironía- Andrea Greppi, catedrático del campus de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). "Seguro que con él todo va a seguir igual. Con un jefe así, esa España envejecida, sin expectativas y sin ideas sabe que no va a tener nunca ni la más remota sombra de mala conciencia". 

La perspicaz descripción del presidente en funciones por parte del experto en filosofía política consultado por ELPLURAL.COM no deja lugar a dudas: no estamos ante alguien que se parezca lo más mínimo a un líder. Ni rastro de talante o empatía social por ninguna parte. Mariano no gobierna, no manda, no siente ni padece y tampoco sabe transmitir sus ideas, por lo que es muy difícil que las masas se sientan conquistadas con las propuestas que vende y que la mayoría de veces, ni tan siquiera entiende. Aún así, "está convencido de ser el elegido para garantizar el cumplimiento de los mandatos terrenales y divinos. No conoce a nadie que pueda hacerlo mejor que él" analiza para ELPLURAL.COM la abogada y politóloga Aurora G. Pérez

Mariano, ¿dónde estás?

El presidente en funciones es famoso por esconder la cabeza como un avestruz, un acusado déficit de atención y enfrentarse a las ruedas de prensa tras una tele de plasma. Según explicó para otro artículo en ELPLURAL.COM el psicólogo clínico Carlos Ramos Gascón, "no solo no tiene especiales habilidades sociales: es que ni lo intenta". A pesar de ello, Ramos cree que se trata, "de un hombre equilibrado y sensato, aunque es muy posible que, dada su extracción gallega, en situaciones de estrés tienda a reaccionar con una mayor desconfianza".

Aunque según Ramos parece llevar bastante bien el estrés, esto no le sirve para mejorar la absoluta negligencia que muestra a la hora de resolver conflictos. Para Pérez, "tiene la gran virtud de poner en cuarentena los problemas y no sacarlos de ella hasta que el tiempo los borre de la memoria colectiva o al menos amortigüe su impacto.  Lo importante es cumplir con las directrices que otros marcan y él como garante de dicho cumplimiento. La corrupción; la financiación ilegal de su partido; la falta responsabilidad política y en algunos casos, también jurídica; el empobrecimiento de la clase media; el enriquecimiento injusto de la clase más privilegiada, son “daños colaterales” que todos debemos aceptar con resignación y en silencio; las cosas son así porque deben ser así, como posiblemente diría él".

Analizando los datos que tenemos, podríamos decir que estamos ante un perfil político que no da la talla de líder y mucho menos para ejercer eficazmente las labores de un presidente del gobierno. Entonces, ¿por qué las encuestas le dan la victoria? Greppi lo tiene claro: "cualquiera es un poquito mejor que el jefe, de manera que todos podrán seguir viviendo tranquilamente de espaldas a una realidad que se desmorona. Del España va bien al No vengáis a darnos la lata: a nosotros nos va bien".

Un hombre gris

En un autodenominado líder que tiene más sombras que luces, no podríamos esperar encontrar nada novedoso en lo que respecta a su indumentaria. Según explica la asesora de imagen Eva Sanvivas para ELPLURAL.COM: "representa al partido más conservador por lo que su aspecto también refleja eso, una imagen seria, tradicional, conservadora. Son de los que les cuestan los cambios, tienen muy claro que eso es lo que les ha funcionado siempre y confían en que les funcione de nuevo".

Un hombre gris es ideal para adoptar el papel de hombre invisible y pasar desapercibido entre meme y meme. Por eso, según Sanvivas, "los colores que más suele usar para sus trajes son el gris y el azul, y para las corbatas sobre todo este último, que es el color que se asocia al poder, a la responsabilidad y a la confianza, lo que precisamente busca transmitir".

No, no guiña el ojo cuando miente

Seguimos buscando puntos positivos en el que para la mayoría de la gente es el futuro presidente del gobierno. ¿Quizás encontremos grandes habilidades en su lenguaje corporal? Para ello hablamos con José Luis Martín Ovejero, experto en comportamiento no verbal y retórica. "Su aspecto más positivo es su gran capacidad para ofrecer información y datos del tema que pueda tratar, con ellos se siente cómodo, su cuerpo y su rostro se relaja e incluso su gestualidad resulta más natural. El problema es que solo con cifras es complicado mover masas".

Por desgracia, "se caracteriza por su falta de expresividad emocional, principalmente a través del rostro, lo que es un grave inconveniente a la hora de conectar con quienes le estén observando y, en consecuencia, de capacidad de persuasión".

Cuenta una leyenda popular de Internet que cuando Don Mariano miente, sufre una especie de 'cortocircuito cerebral' que le hace guiñar repetidamente uno de los ojos. Según explica Martín Ovejero, es cierto que "padece unos tics relacionados con el nerviosismo tales como guiñar un ojo o sacar levemente su lengua. Ni uno ni otro son un indicador de mentira como han comentado muchas personas, son solo un acto reflejo de su cuerpo ante una tensión que esté viviendo en ese momento".