Sin lugar a dudas Sánchez resalta entre todos los candidatos por algo que juega muy a su favor: es guapo. Y ya. Según explica para ELPLURAL.COM la abogada y politóloga Aurora G. Pérez, "es la mejor representación gráfica de un político democrático. Una imagen seductora no correspondida por el contenido ni la forma de su discurso", argumenta Pérez. Y es que, como sabemos, "si no se tienen claros los objetivos a alcanzar, difícilmente se puede convencer a nadie acerca de la mejor forma para hacerlo, Quizás sea este el problema que ensombrece su discurso".

Andrea Greppi, catedrático de ciencias sociales y jurídicas en la UC3M, perfila así a Sánchez para ELPLURAL.COM: "todo voluntad y una camisa blanca bien planchada que le han dicho que es lo que se lleva ahora entre los líderes progresistas. Se trata de que el barco no se hunda, aunque pueda parecer lo contrario, sin mirar mucho debajo de la propia alfombra, para que nadie se moleste, e intentando prometer lo que se pueda, que no es mucho y que todavía no se sabe si le interesa a quienes se supone que debería interesarles".

Un 'seductor' innato

Según explica la asesora de imagen Eva Sanvivas para ELPLURAL.COM, "el PSOE ha ganado en imagen si lo comparamos con sus anteriores candidatos. Siempre luce un aspecto cuidado y correcto, ya sea vestido de forma más casual (vaquero + camisa blanca) como de traje". 

Además, "ha aportado al partido una imagen joven, renovada, desenfadada, no tan encorsetada como la del PP". Sanvivas también destaca lo evidente: "además es guapo (independientemente de que a todas les guste o no) lo que ayuda a simpatizar, aunque eso solo no sea suficiente". 

En cuanto a su color favorito, sin duda "es el rojoque además de ser un icono del Partido Socialista, simboliza pasión, acción o vitalidad".

Un hombre pegado a una sonrisa

Para saber cómo se defiende el líder socialista en cuanto a lo que transmite 'su cuerpo' preguntamos a José Luis Martín Ovejero, experto en comportamiento no verbal y retórica. Según su análisis, Sánchez "acostumbra a mantener una postura erguida y un rostro sonriente que, unido a su atractivo (de gran importancia en la comunicación no verbal enfocada a convencer) y a su lenguaje cercano a los oyentes (parece que conversara con ellos), da una imagen de proximidad muy positiva. Su mirada directa genera un vínculo de confianza que suma a todo lo anterior".

Por desgracia, el líder del PSOE también peca de tener sus sombras, ya que muestra "unos momentos de ira que parecen no resultar muy naturales, dado que las señales que lanza su cuerpo y su rostro no resultarían coherentes con ese enfado que demuestra con sus duras palabras y golpes de voz".