Eran las 21:00, aún no había comenzado el escrutinio y, en la Plaza del Museo Reina Sofía, donde Unidos Podemos tenía previsto celebrar su particular fiesta, se respiraba esperanza. Los sondeos a pie de urna señalaban lo que ya apuntaban las encuestas: el sorpasso podría hacerse realidad. Sin embargo, poco a poco, el desánimo se apoderaba de los asistentes que abarrotaban la plaza.

El sorpasso comenzaba a quedar lejos. Con el 51% de los votos escrutados, Unidos Podemos se encontraba a más de 20 diputados de la formación de Pedro Sánchez. Los asistentes comenzaban a asumir el resultado a pesar de que aseguraban que “aún hay esperanza”. Desde la plaza, donde podía seguirse el escrutinio en directo a través de la gran pantalla instalada, se celebraban tanto los escaños que ganaba la formación liderada por Pablo Iglesias como la pérdida de escaños de Ciudadanos. La formación popular ganaba diputados, lo que despertaba los abucheos del público.

"La gente se queja, pero se queda en casa y no votan"

Los gritos de euforia, poco a poco, iban dejando paso al desánimo provocado por la decepción de los resultados que se iban conociendo. No solo no se iba a producir el sorpasso, sino que además el PP estaba dando un golpe sobre la mesa y se erigía como el gran triunfador de la noche, algo que cabreaba al respetable: “La gente se queja, pero se queda en casa y no votan. Al final siempre votamos los mismos.”

Un sentimiento unánime: decepción

Los asistentes a la fiesta coincidían: “no aprendemos”. Una de las asistentes afirmaba estar “decepcionada, no hemos aprendido de todos estos meses”. Otro de ellos rezaba: “No se puede hacer nada, esto es lo de siempre, cuanto más nos roban más les votamos”. El desánimo y la indignación se habían apoderado de la plaza. Conforme el PP consolidaba su posición, los gritos y descalificaciones se sucedían.

Pablo Iglesias: “Les vamos a terminar ganando”

Sobre las 00:45 el líder de la formación morada llegaba a la plaza, donde se ha dirigido al respetable con un mensaje alentador: “Seguimos llamando a las puertas del cielo”. Íñigo Errejón, en la misma tónica que Iglesias, aseguraba a las masas que “heredaremos el país, aguantad un poquito más, somos el futuro”.

 “Sí se puede”

A pesar del varapalo, el público asistente continuaba entonando su característico grito de “Sí se puede”. Un grito ahogado, ciertamente apagado y únicamente entonado cuando las televisiones conectaban en directo o cuando la cúpula de Podemos ofrecía sus valoraciones.