Las autoridades brasileñas han detenido este jueves a diez personas en una operación antiterrorista cuando faltan 15 días para la apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Así lo ha confirmado el ministro de Justicia brasileño, Alexandre de Moraes.

"Se trata de una supuesta célula terrorista, una primera célula, que pasó de publicar  mensajes sospechosos por internet a preparar actos para un supuesto atentado", ha declarado el ministro en rueda de prensa, en la que además ha confirmado que los detenidos tuvieron "al menos un contacto" con el Estado Islámico (EI).

"Era una célula absolutamente aficionada, desorganizada", pero que no dejaba ser de una "amenaza", ha aclarado para reconocer que "ninguna fuerza de seguridad seria puede ignorar este asunto" por la aparente falta de coordinación del grupo.

De nacionalidad brasileña

Según las autoridades, todos los detenidos son brasileños, entre ellos hay un menor de edad y "no tenían contacto personal entre ellos", pero se comunicaban a través de redes sociales como Whatsapp y Telegram, y llegaron a entablar comunicación directa con el EI por esos mismos medios. "Algunos tuvieron al menos un contacto con el Estado Islámico para una especie de bautismo, para un juramento" de lealtad.

Uno de los detenidos, incluso, pretendía viajar al exterior para "hacer un contacto personal" con miembros de ese grupo terrorista, pero finalmente no lo hizo pues "no tenía condiciones financieras", ha explicado De Moares.

Las autoridades también han comprobado que el grupo había establecido negociaciones vía internet con vendedores de armas clandestinos, que operan en Paraguay, con la intención de obtener al menos un fusil AK 47. No obstante,"no hay confirmación de que lo hayan logrado".

La Policía de Río llevaba varias semanas vigilando a los detenidos. La alerta saltó al descubrir que se intercambiaban mensajes y vídeos en los que exaltaban al Estado Islámico y el control aumentó después de que contactaran directamente con esa organización terrorista.

Este grupo, autodenominado como Los Defensores de la Sharia ya habían jurado lealtad al Estado Islámico en Internet. Según decían en sus conversaciones, Brasil no es un "objetivo" del terrorismo, pero "en virtud de la proximidad de los Juegos Olímpicos pasaba a estar dentro de sus blancos".