La ballena gris del oriente ruso, una especie en peligro crítico de extinción, ha experimentado una esperanzadora recuperación gracias a la colaboración de una empresa petrolera, la holandesa Shell, con científicos y conservacionistas para minimizar el impacto de su actividad. El caso ha sido presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza, que se celebra hasta el 10 de septiembre en Hawai, según informa la agencia EFE.

La iniciativa arrancó hace 12 años promovida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), WWF y el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW).

En 2004, la UICN creó un grupo de trabajo sobre la población de la ballena gris en el extremo oriente de las aguas de Rusia, respondiendo a una creciente preocupación por los planes de expansión de la petrolera Sakhalin Energy en el mar de Ojotsk y su impacto potencial sobre esta especie de cetáceo en peligro crítico.

El movimiento ecologista, que se oponía a la perforación en esa zona, consiguió finalmente que los bancos que financiaban la operación de la petrolera establecieran una serie de condiciones de mitigación de su acción para poderle otorgar el préstamo. Entre esos requerimientos estaba el que Sakhalin Energy financiara a un equipo científico independiente coordinado por la UICN, que formulara recomendaciones para sus operaciones.

En los últimos doce años la petrolera ha llevado a la práctica el 90 % de las 539 recomendaciones que le hicieron científicos y conservacionistas, entre otras, modificar el trazado de su oleoducto para minimizar el impacto y la alteración causada en las zonas de alimentación de las ballenas.

Además, la multinacional también ha seguido las recomendaciones para ejecutar sus estudios sísmicos en zonas de menor impacto. El resultado, según los científicos que han participado en el estudio, es que la población de esta especie al borde de la extinción “está mostrando lentos indicios de recuperación”.

Desde que la industria colabora con los ecologistas la población de ballena gris en aguas del extremo oriente de Rusia ha aumentado entre un 3 y un 4 % anualmente, pasando de 115 animales en 2004 a 174 en 2015.

Además, el trabajo científico ha incluido marcajes para el seguimiento vía satélite de varios ejemplares de ballena gris que han permitido documentar la migración unidireccional más larga efectuada por un mamífero, un trayecto de 10.880 kilómetros desde la isla rusa de Sajalín (en el mar de Ojotsk) a las áreas de parto invernales en la península de Baja California, en México.

Durante la presentación del informe, la directora de la UICN avanzó que las tres organizaciones firmarán otro acuerdo quinquenal (2017-2021) con Sakhalin Energy para que un equipo independiente de científicos siga proporcionando recomendaciones a la empresa, ya que la ballena gris del oriente ruso sigue formando parte de la categoría “en peligro crítico” de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.