Radiohead y sus asesores en materia de estrategia comercial manejan el marketing como nadie. También los rollos lacrimógenos en música, letras y actitud. Algunos de los lectores recordarán como regalaron discos digitales si se entraba en su web o como borraron su presencia en Internet, provocando un alud de preocupaciones digitales y como la recobraron, reapareciendo en olor de multitudes virtuales, cuarenta y ocho horas después.

Ahora, tras propagarse su posible separación y al poco tiempo ofrecer, en junio de este año, uno de los mejores conciertos que se recuerdan en el Primavera Sound, los de Oxford han reaparecido con un álbum extraordinario. Una obra que añade, al marketing y a las lágrimas, el rock.

Recuperando canciones

Titulado “A Moon Shaped Pool” recupera inéditas canciones de otros tiempos; nuevos temas de calidad apabullante y un sonido poderoso, perfecto, equilibrado, que pule las aristas más abruptas de sus últimas obras y remansa la fiebre por el ruido y la furia de sus precedentes más inmediatos. Al mismo tiempo, sirve para recuperar ese estilo de melancólica belleza y sensibilidad a flor de piel.

La doliente voz de Thom Yorke mantiene su sabiduría y su intensidad y alcanza momentos sobrecogedores como los de “Daydreaming “, “Decks Dark”, “Glass Eyes” o “Identikit”. Decae algo en esa canción con título que suena a broma, “Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief”, para remontar en un cierre excelso con “True Love Waits”. Así que mientras las lágrimas y el marketing tengan detrás un rock and roll tan consistente como el de  Radiohead, bienvenidos sean.

Sello: XL. Actividad: de 1988-actualidad. Discografia: “Pablo Honey”, “Ok. Computer”, The Bends”. Influencias: Eno, John Cale, Can. Influyen en:  Ride, Slowdive, Dreaming Spires.