Los testimonios del denunciante y el denunciado no pueden ser más incompatibles. Para el primero pasó todo y para el segundo no pasó nada. En la jornada de hoy que se sigue en la Audiencia de Granada contra el padre Román M.V.C. por abusar sexualmente del denunciante cuando este era menor de edad, la víctima ha ofrecido un relato estremecedor. De hecho, ha llegado a derrumbarse en varias ocasiones, por lo que ha tenido que interrumpir su testimonio.

Los hechos ocurrieron entre 2004 y 2007 y en el banquillo solo se sienta el sacerdote porque los once imputados inicialmente se han librado del procesamiento al haber prescrito los delitos que se les atribuían.

Un referente moral

Así ha descrito el denunciante a su verdugo: "Él era capaz de hablar de amor fraternal en la homilía y por la tarde estar violando a niños". La Diócesis de Granada no sale muy bien parada en el relato de Daniel: no se sintió "ni apoyado, ni acompañado ni respetado" por el arzobispo, que también declarará como testigo en esta vista.

Conocido con el sobrenombre de Daniel para preservar su identidad, el joven ha hablado abiertamente de "masturbaciones", de "penetraciones", de "intentos de felaciones" por parte de un hombre, el padre Román, al que veía como "un guía todopoderoso y un referente moral y espiritual único”. Por esa dependencia psicológica y espiritual no fue capaz de alejarse de él, y ello a pesar de que sentía "auténtico pánico de dormir" con él.

Todos lo sabían

El denunciante ha relatado ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada los distintos abusos y "violaciones" a las que supuestamente fue sometido por parte de este sacerdote en la casa parroquial del templo de San Juan María Vianney del barrio granadino del Zaidín y en el inmueble que el grupo de Los Romanones tenía en la urbanización los Pinillos, donde participaron, según Daniel, otros tres curas más. Aunque todos los miembros del grupo eran "conocedores de lo que allí sucedía".

En la sesión de ayer, varios sacerdotes del llamado clan de los Romanones negaron haber presenciado en el seno de este grupo "prácticas o abusos sexuales".