La sombra del primer presidente balear Gabriel Cañellas,  que gobernó la autonomía durante doce años, se ha instalado de nuevo en la cúspide del PP de las Islas después del reciente congreso en el Gabriel Company que fue elegido presidente del partido.

A pesar pertenecer a generaciones distintas, sus afinidades son sorprendentes : Ambos Gabrieles comparten nombre e iniciales. No son payeses (aunque Company viene de familia) pero tratan de aparentarlo y se regodean en ello : Cañellas se dejaba fotografiar arando con tractor y sombrero de paja al tiempo que utilizaba ocurrencias campesinas. Company ha presidido el sindicato agrícola conservador ASAJA y durante cada legislatura de Gobierno de izquierdas en Balears sacaba centenares de tractores a la calle en manifestación « contra la nefasta política agrícola de los izquierdistas ».

En la pasada campaña el mentor dió un explícito apoyo al aspirante a presidir el PP. Ambos se adjudican la defensa del « regionalismo conservador bien entendido » frente al « españolismo trasnochado de Bauzá », su competidor vencido.

Los Gabrieles presumen de conocer la profunda idiosincrasia isleña, de controlar los hilos que mueven a la derecha económica y social y de conocer al dedillo los estímulos que forjan las conductas de una amplia franja de población conservadora. El dueto se erige como recuperador del PP hegemónico, que se desplomó con Bauzá al perder casi la mitad de apoyos. Pasó de 35 a 20 diputados.

Paradoja política: gran parte de la nueva dirección popular reía las gracias y aplaudía a Bauzá durante la pasada legislatura porque eran miembros de su Gobierno, incluído Company. Todavía no se había producido la debacle electoral, claro. El sálvese quien pueda continua siendo una filosofía política con muchos adeptos con espíritu de supervivencia.