El acuerdo firmado el pasado miércoles por la OPEP para reducir su producción de petróleo en 1,2 millones de toneladas diarias ha tenido un efecto inmediato en la cotización del crudo. En tres jornadas de cotización, el coste del barril de Brent, utilizado como referencia en Europa, se ha disparado un 17% y superado los 54 dólares. Hacía 15 meses que no superaba la cota de los 50 dólares. Bancos de inversión como Goldman Sachs y otras casas de análisis vaticinan que el precio del petróleo siga escalando en el corto y medio plazo hasta el umbral de los 60 dólares.

Consecuencias en España

En los últimos cuatro años el Gobierno de Rajoy ha tenido dos 'loterías' que han dado un balón de oxígeno crucial a la débil economía española: los tipos de interés a cero y un inusual bajo precio del petróleo, a precios impensables hace una década. Ninguna de esas dos cosas depende del gobierno patrio. la decisión del BCE de colocar los tipos de interés -por primera vez en la historia- prácticamente a cero no solo ha aliviado las hipotecas de los españoles, sino que ha ahorrado miles de millones al propio estado en el pago de la deuda. En cuanto al precio del petróleo, ha aportado más alivio aún por su impacto directo en la industria, el comercio y todos los ciudadanos.

España tiene que importar casi un 100% del petróleo que consume, por lo que el acuerdo de la OPEP provocará un incremento del coste de los carburantes y de todos aquellos productos que incluyan el petróleo en sus factores productivos. Según el Ministerio de Industria, la gasolina y el gasóleo para automoción subirán un 5% a corto plazo, eso a su ve tirará del Índice de Precios al Consumo (IPC), lo que por un lado espanta el fantasma de la deflación, pero por otro implica pérdida de poder adquisitivo en una etapa en la que los salarios no han subido, sino que han bajado.