Desde hace tiempo, los conductores vienen alzando la voz en contra de los radares por su presencia en las carreteras con valor recaudatorio y no de seguridad vial. La situación estratégica de muchos de estos dispositivos han indignado a los conductores multados por los mismos y es que, en ocasiones, su posición en la carretera empeora la circulación en lugar de mejorarla.

Cuando un conductor se acerca a un radar fijo, el acto reflejo es presionar el pedal del freno para evitar una cuantiosa multa por exceso de velocidad. En Reino Unido, por ejemplo, el 80% de las ubicaciones de los radares generan problemas de tráfico por los frenazos de los conductores.

En un estudio realizado en el país británico, se instalaron unas 'cajas negras' en diferentes vehículos para controlar el comportamiento de los conductores al volante y analizar al detalle lo que ocurría al pasar por lugares con radares de velocidad fijos. El resultado fue claro y los frenazos fueron un acto común de todos los usuarios.

Como solución, los defensores de la seguridad vial apuestan por la utilización de radares de tramo,unos dispositivos que miden la velocidad media de un conductor durante un largo tramo de carretera y evitan cualquier frenazo o maniobra evasiva para no ser sancionados por un radar fijo.

Una mayor utilización de los radares de tramo ayudaría a reducir la diferencia de velocidad entre los coches, lo cual es considerado como una de las mayores causas de accidentes automovilísticos.