Debemos partir de la base de que Melbourne es un circuito atípico. Como lo es Mónaco, o Montreal. No debemos sacar todas las conclusiones de un golpe. China, dentro de 15 días nos dará una visión más realista del estado de los equipos del campeonato.

Aún así, podemos ir visualizando una serie de claves para el resto del año. Para empezar, estos coches hacen que el piloto tenga más protagonismo. Las altas velocidades en curva y las reacciones más bruscas, hacen que los “pilotos de Playstation sufran”. Así hemos visto como Stroll, Vandoorne, Eriksson, Giovinazzi y los rookies lo han pasado mal, y su periodo de adaptación va a ser más duro que en anteriores temporadas en las que era llegar “y besar el santo”.

Podemos ver que Ferrari está más cerca de Mercedes, y que en ritmo de carrera está a la par (aunque eso lo terminaremos de comprobar en “circuitos permanentes”), y que el resto prácticamente sin diferencias, están donde estaban el año pasado.

Honda ha hecho turnos para solucionar su problema de fiabilidad con buenos resultados (la avería de Alonso se debe al chasis, más concretamente a la suspensión), y ahora toca afrontar la segunda derivada. La potencia. Porque por el piloto ya hemos visto que está como siempre. Impecabl

Y ¿qué ha pasado hoy? Pues que en una fórmula 1 donde las radios nos van desvelando los misterios de la personalidad de cada piloto, en este caso, hemos visto como un quejumbroso Hamilton ha vuelto loca a la plana mayor estratégica de Mercedes, hasta hacerle parar antes de tiempo, incorporándose tras Verstappen (no podía ser otro), y dejando margen para que el Vettel de las grandes ocasiones, marcara el ritmo perfecto para que el equipo Ferrari también de las grandes ocasiones, hiciera una parada de manual que puso en bandeja al alemán el primer triunfo de la temporada para el Cavalino de Maranello.

En condiciones normales, podríamos estar hablando de un año magnífico, con dos equipos y dos pilotos peleando por el mundial, y con Red Bull restando puntos a los que cometan errores. Pero como digo, Melbourne no es un circuito de condiciones normales, así que vamos a esperar 15 días para lanzar las campanas al vuelo y emocionarnos de verdad ante lo que nos pueda deparar el destino.

No podemos olvidarnos de Carlos Sainz. Sigue sin cometer errores, exprimiendo el coche hasta el máximo de posibilidades, batiendo de nuevo a su compañero de equipo y llegando a los puntos con un coche falto de velocidad punta.

En otro orden de cosas, la nueva directiva de la Fórmula 1 sigue dando los pasos correctos y continúa más cerca de los equipos que de los VIPS. Y Ross Brawn sigue recabando información que le permita seguir atornillando un  reglamento técnico que debe dar a la máxima categoría del automovilismo esplendores pasados.

Próxima parada, China. Veremos si esto ha sido un espejismo.