Ha empezado la legislatura y muchos ciudadanos se echan las manos a la cabeza. ¡Qué bien los de Podemos sentados! ¡Qué buena idea que uno de IU saque una bandera republicana! ¡Qué bárbaros esos izquierdistas que complican un acto solemne! Todo esto ya pasó en la Legislatura Constituyente y se nos ha olvidado en una treintena de años.

Una de las pocas ventajas de la ancianidad es que se ha vivido un tiempo que aún no es libro de texto, pero que ya está en zona de olvido. En la primera legislatura hubo plantes de los vascos independentistas, pero en esos días eran partidarios de ETA. Hemos mejorado.

En la primera legislatura hubo diputados que demostraron que lo de la Monarquía no iba con ellos. Y ahora sus descendientes dicen cosas parecidas.

España ha ido a mejor. Hasta protestar, lo hacemos mejor. Y algunos novatos se echan las manos a la cabeza y otros novatos aplauden con emoción.

A los dos les digo: hasta para protestar estamos mejorando. No os pongáis nerviosos: España va mejor que hace 30 años y sólo hace falta proponerse mejorar aún más.

Como en todo los esfuerzos deportivos o políticos, cuando se pasa un listón alto parece imposible saltar uno más alto.

Pues se puede.