Estas cosas pasan algunas veces; por ejemplo, nadie sabe cuál es el coste de un producto final. Eso pasa, en estos momentos con la energía eléctrica.

Si alguien pregunta por qué un billete del AVE a Sevilla cuesta lo que cuesta, creo que desde RENFE nos podrían descomponer esa cifra de forma razonable. Y así muchos otros precios de diversos servicios (públicos o privados).

Pero si alguien quiere saber cómo se descompone (y se compone) el recibo de la luz, la respuesta es un debate técnico imposible de entender por una asociación de vecinos de un distrito normal. Imposible de entender.

Voy a ser muy concreto: es imposible saber por qué un recibo de la luz es como es. Ni el gobierno (¡un gobierno conservador!) ha podido traducir los balances de las compañís eléctricas a un lenguaje inteligible por los economistas de los diversos partidos políticos. Y menos para nuestro lenguaje.

Teneis (tenemos) que tener las cosas muy claras: estos asuntos de las grandes corporaciones sólo se pueden entender si hay espías en las corporaciones.

¿Nos podemos fiar de cuál es el precio de la luz de nuestra casa después de oir a diversos responsables políticos del PP? De ninguna manera. ¿Alguien sabe cómo se debe calcular el precio de la luz en nuestra casa? Nadie. Digo nadie. Tampoco los que más protestan.

Hay que encontrar un traidor en alguna empresa eléctrica que nos cuente de verdad cuales son los costes de producción de nuestra electricidad casera. Nadie lo sabe.

Naturalmente que no ando en demagogias inútiles, no, ando en un serio cálculo de costes que deben ser públicos.

Debemos exigir la publicidad de los costes, no de los precios.

Sólo un traidor en una eléctrica nos podrá aclarar por qué pagamos lo que pagamos. El Estado no puede con una matemática secreta.

¿No hay algún traidor por ahí? ¿No hay algún dirigente que sueñe con la ética en una compañia eléctrica?