Los fabricantes de automóviles han tardado demasiado tiempo en asumirlo, pero por fin han aceptado que el coche eléctrico no sólo es el futuro sino que empieza a ser un presente incuestionable. Pese a las dificultades que plantea la escasez de puntos de recarga y la baja autonomía de las baterías (en comparación con los coches a gasolina) las cifras de ventas en España no dejan lugar a dudas.

El mes de enero de 2017 ha cerrado con un total de 268 vehículos eléctricos matriculados, un 22% más que las ventas del mismo mes en 2016 (220 unidades). El año pasado las ventas se dispararon hasta las 4.650 unidades, lo que equivale a un incremento del 55,5% respecto a las ventas de 2015. Aún así, lo cierto es que las ventas de coches eléctricos están muy lejos de las que se alcanzan en países como Noruega, donde con una población que apenas supera los cinco millones de habitantes se han matriculado 100.000 vehículos eléctricos.

¿Qué hay detrás del ejemplo noruego? Pues las ayudas directas del gobierno a la compra de coches eléctricos (hasta un 25% del coste total), la agilidad de los trámites para acceder a esas ayudas (se encarga el propio concesionario), la exención de impuestos de circulación y tasas municipales, peajes y aparcamiento urbano gratis y una de las más importantes: la puesta en marcha de una extensa red de puntos de recarga. Esta es una de las claves.

Para provocar el sorpasso del coche eléctrico al de gasolina (o gasoil) y que las cifras de ventas den un vuelco, los expertos en movilidad sostenible señalan la necesidad de impulsar más puntos de recarga implantando postes de carga rápida en las zonas azules de las calles y los aparcamientos, surtidores eléctricos en todas las gasolineras o puntos de auxilio en todas las áreas de descanso de autovías y autopistas, entre otras. El día en el que todas estas medidas se establezcan las ventas de coches con motor de combustión empezarán a descender hasta convertirse en residuales.

Respecto a la autonomía de recorrido que aportan las baterías, es cierto que sigue sin soportar comparaciones con la de los coches de combustión, pero también es verdad que está progresando por encima de las expectativas de la propia industria.

La aplicación de nuevos materiales está permitiendo que algunos fabricantes como Renault equipen a sus modelos con baterías que ofrecen hasta 400 kilómetros de recorrido con una sola carga. Pero los avances al respecto no dejan de sucederse y algunas marcas como Volvo anuncian el lanzamiento de modelos de gama media con una autonomía de carga de 500 kilómetros.

Si a todo ello unimos la reducción del tiempo de recarga de las baterías, que algunos fabricantes anuncian de tan solo veinte minutos, podemos establecer que el coche eléctrico es hoy por hoy una opción real frente a los de motor de combustión.