Entre los valles del Tajo y del Guadiana, la planicie manchega y los roquedos de Cabañeros emerge la comarca de los Montes de Toledo, donde naturaleza e historia legendaria están en perfecta comunión. Allí podemos apreciar una flora y fauna única en lo mejor del bosque mediterráneo, combinadas con un rico patrimonio forjado a lo largo de la historia. La comarca fue testigo del paso de celtas, íberos, romanos, visigodos, musulmanes, templarios y bandoleros. El disfrute de los espacios naturales e históricos se complementa con una gastronomía apegada a la tierra, en la que destacan los platos de caza.

 

Los Montes de Toledo ofrecen un escenario incomparable para disfrutar de la naturaleza y de la historia
Los Montes de Toledo ofrecen numerosas rutas para disfrutar de la naturaleza y de la historia. En la foto, una ruta por Hontanar, donde encontramos el yacimiento arqueológico de Malamoneda. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Enorme riqueza natural

La comarca de los Montes de Toledo tiene dos zonas bien diferenciadas, la llanura mesetaria y la cadena montañosa donde, por lo abrupto del terreno, la naturaleza se ha podido conservar en todo su esplendor.

Conejos, liebres o perdices campan a sus anchas en las zonas bajas, mientras que los ciervos, corzos y jabalíes se mueven en las serranías. Los cielos de los Montes de Toledo son un inmenso espectáculo en el que se pueden contemplar el elegante vuelo del águila imperial, el águila real, el buitre leonado, el buitre negro o la cigüeña negra.

El lince ibérico hoy vuelve a correr por los Montes de Toledo después de haber estado en serio peligro de extinción

Pero la especie más singular de los Montes de Toledo es probablemente el lince ibérico, que hace apenas dos décadas estaba en serio peligro de extinción. Afortunadamente, hoy los linces vuelven a poblar los Montes de Toledo gracias, entre otras cosas, al plan de la Junta de Comunidades para la Recuperación del Lince Ibérico en Castilla-La Mancha, que se puso en marcha hace 17 años.

 

Camada de linces ibéricos

Linces ibéricos en los Montes de Toledo (Europa Press)

En la actual temporada han nacido un total de 90 cachorros en las dos áreas de reintroducción: Sierra Morena Oriental y Montes de Toledo. En concreto, en la provincia de Toledo, se han localizado 19 camadas y 60 cachorros.

El lince es muy territorial y solo se muestra más social en época de celo. A medida que las temperaturas bajan, sus costumbres se hacen más diurnas. Aunque tienen un comportamiento huidizo, no resulta difícil avistarlos.

La mayor amenaza actual para los linces son los atropellos y los cazadores furtivos. Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha reclaman educación ambiental y sensibilización de la ciudadanía para respetar las especies animales. Para contribuir a su seguridad están potenciando corredores naturales para unir las zonas en las que se mueven y vallados de protección para evitar que crucen carreteras, además de reducir la velocidad en los puntos negros. En cuanto al furtivismo, es un delito que se castiga con penas de cárcel de hasta dos años.

Un paraíso senderista para recorrer especialmente en otoño y primavera

En general, los Montes de Toledo constituyen un sitio ideal para practicar el senderismo. Luis Antonio Rodríguez, presidente del club de senderismo Montes de Toledo, nos explica que “otoño y primavera son las épocas ideales para recorrer las innumerables rutas, la mayoría de las cuales están homologadas y señalizadas”.

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La primavera y el otoño son las mejores épocas para recorrer los Montes de Toledo

Entre las más populares están la ascensión al Rocigalgo (1.449 m y techo de la cordillera) visitando el Chorro, que es la cascada más alta de todas, ya en el Parque Nacional de Cabañeros; la Garganta de las Lanchas, que es una microrreserva con cinco sucesivas cascadas de gran belleza y que en épocas de lluvia son, si cabe, más impresionantes. Este bello espacio natural se puede definir como un jardín salvaje en el que se encuentran restos de los bosques de laurisilvas, una especie de más de 50 millones de años, que habitó aquí cuando el clima era más cálido y húmedo. En la actualidad sólo se pueden encontrar en algunas zonas de Canarias.

Hay muchísimas rutas de singular belleza, nos cuenta Luis Antonio, tantas que resulta casi imposible enumerar, como la ascensión a la Sombrerera y el Corral de Cantos, la Garganta del Castañar, la Hoz de Carboneros, la subida a los puertos del Robledillo y del Marches cerca de San Pablo de los Montes, la subida a los Riscos y el Pico Amor…

La ascensión a las cimas de Corral de Cantos, Peña el o el Pico Amo tiene como recompensa unas vistas espectaculares con la meseta al norte y las rañas y sierras de Cabañeros, al sur.

Vistas desde el cerro de Noez

Vistas a la Meseta desde el cerro de Noez. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Parque Nacional de Cabañeros

Una parte de los Montes de Toledo presta su terreno al Parque Nacional de Cabañeros, que se extiende también a la provincia de Ciudad Real. Se trata de un regalo de la naturaleza donde sobrevive intacto el gran bosque mediterráneo de Europa y el visitante puede observar la fauna ibérica más amenazada y fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad. Se trata de una gran reserva natural de 42.000 hectáreas.

 

El ciervo, uno de los animales más llamativos de la Península Ibérica, que habita en gran número las extensas rañas y los poblados montes del Parque Nacional de Cabañeros

El ciervo, uno de los animales más llamativos de la Península Ibérica, que habita en gran número las extensas rañas y los poblados montes del Parque Nacional de Cabañeros. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Las primeras lluvias de otoño despiertan el instinto sexual de los ciervos y marcan el inicio de la berrea, un espectáculo único

Es precisamente en otoño cuando se produce uno de los mayores atractivos del Parque, la berrea, el ciclo biológico del apareamiento de los ciervos. Durante semanas podemos oír sus desgarradores y llamativos bramidos e incluso observarles en su estado salvaje, alejados del frondoso bosque en donde se esconden habitualmente.

Aunque la raña o llanura está cubierta en su mayoría por dehesas, debido a la acción del hombre, en ella hay bosques mixtos de alcornoques, encinas y quejigos. Algunos ejemplares superan los 15 metros de altura, lo que los convierte en ideales para que aniden en ellos las aves rapaces.

 

El parque nacional de Cabañeros es uno de los quince parques nacionales​ de España y es, junto con las Tablas de Daimiel, uno de los dos presentes en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. ©Turismo Castilla La Mancha, David Blazquez

El Parque nacional de Cabañeros es uno de los quince parques nacionales​ de España y es, junto con las Tablas de Daimiel, uno de los dos presentes en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Cabañeros cuenta con un gran valor botánico con diferentes pisos  bioclimáticos que conforman ecosistemas únicos, con 22 especies catalogadas  como vulnerables o de interés especial. Entre las especies más representativas están: encinares y  alcornocales, jaral-brezal y bohonales y trampales.

En la sierra encontramos al gran emblema de Cabañeros: el buitre negro, que hace sus nidos en los alcornoques. Se trata de una especie protegida de la que el parque puede presumir de albergar unas 200 parejas, una de las mayores colonias de cría del mundo.

Cualquier época del año es buena para acudir a Cabañeros y es un lugar ideal para visitar con niños. Se pueden hacer rutas a pie, en bicicleta o en 4x4. El Parque se encuentra al noroeste de la provincia de Ciudad Real, ocupando una zona del suroeste de la provincia de Toledo. La carretera que lleva a la entrada del parque es la CM-4017. Desde Toledo se cogerá tras la CM-4013 y desde Ciudad Real será el desvío tras la CM-403.

Para más información sobre el Parque Nacional de Cabañeros pincha aquí

Consuegra, en el corazón de la Mancha, es el segundo lugar más visitado de la provincia de Toledo, por detrás de la capital

La ruta del Quijote y la flor del azafrán

La comarca de los Montes de Toledo cuenta también con un enorme patrimonio gastronómico y cultural. Consuegra, por ejemplo, nos ofrece una de las más bellas vistas y únicas de nuestro país que nos retrotrae de inmediato a la obra más universal de nuestra literatura: Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Allí los 12 gigantes con forma de molinos de viento custodian el castillo de la Muela.

Doce imponentes molinos se alzan vigilantes en el Cerro del Calderico, en Consuegra

 

Uno de los reclamos turísticos de Consuegra son los 12 molinos de viento del cerro Calderico ©Turismo Castilla La Mancha, David Blazquez

Uno de los reclamos turísticos de Consuegra son los 12 molinos de viento del cerro Calderico. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Desde 1963 esta histórica localidad del corazón de La Mancha celebra cada último fin de semana completo de octubre, tiene lugar la fiesta de la Rosa del Azafrán, coincidiendo con la recogida de la flor. El objetivo principal de la fiesta, según nos cuenta José Manuel Perulero, coordinador de Turismo del Ayuntamiento de Consuegra, es dar a conocer y promocionar la esencia cultural manchega a través de la gastronomía, la artesanía, la historia y las tradiciones populares.

Este año, sólo se celebrarán algunos de los actos de la fiesta de la Rosa del Azafrán debido a la pandemia del coronavirus

 

Este año, a partir del 23 de octubre, tendrá lugar la edición número 55 de la celebración, aunque será una fiesta especial marcada por la pandemia del COVID-19. Solo se celebrarán algunos de los actos como el Festival Nacional de Folklore, que se celebrará al aire libre si el tiempo lo permite, o la Molienda de la Paz, todo ello con las debidas medidas de seguridad y cumpliendo los protocolos sanitarios.

En Castilla-La Mancha se produce el 90% del cultivo del azafrán en España, un producto goza de fama mundial. El núcleo principal de producción se ubica en Consuegra y en estos días los campos se tiñen de púrpura y lila.

Son días de recolección, que se hace a mano a medida que se van abriendo las flores. Para obtener un kilo de azafrán, que puede costar entre 8.000 y 10.000 euros, es necesario recolectar, pelar y tostar unas 200.000 flores. De ahí que se le llame también el oro rojo. Uno a uno se sacan los preciados estigmas de las flores, las hebras rojas, en un proceso totalmente artesanal que es conocido como la monda del azafrán.

 

La monda del azafrán es un laborioso proceso artesanal para extraer las preciadas hebras rojas de la flor. ©Turismo Castilla La Mancha, David Blazquez

La monda del azafrán es un laborioso proceso artesanal para extraer las preciadas hebras rojas de la flor. ©Turismo Castilla La-Mancha, David Blázquez

 

Mención aparte merece el Molino Sancho, cuya maquinaria del siglo XV aún se mantiene y vuelve a girar estos días para la llamada molienda de la Paz. Este acto simbólico concluye con el reparto de saquitos de la harina molida entre los presentes.

Un aceite único en el mundo

Otra de las joyas más preciadas de la comarca es el aceite de oliva Tipo Toledo, producido a partir de la variedad cornicabra y que goza, desde el año 2000 de Denominación de Origen Protegida. Según nos cuenta Enrique García-Tenorio, director de la Fundación CRDO Montes de Toledo, tiene una estabilidad (resistencia al enranciamiento) de las más altas entre todos los aceites del mundo.

De cada 20 millones de litros que se producen en la zona, se seleccionan los mejores, aproximadamente 1 millón, para su envasado bajo DOP Montes de Toledo. Aunque se adapta a cualquier uso en la cocina, “es inmejorable en crudo para el aderezo de aliños y ensaladas y resulta excelente en la preparación de guisos, asados y frituras, ya que su composición hace que resista las altas temperaturas mejor que cualquier otro tipo de aceite”, añade García-Tenorio.

La ruta de los castillos y fortalezas

Durante buena parte de la Reconquista, esta fue una zona fronteriza en disputa permanente, lo que provocó la construcción de numerosas fortificaciones defensivas.

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Una de las más emblemáticas es el imponente castillo de Guadamur, construido por don Pedro de Ayala, conde de Fuensalida, que lo erigió sobre una fortaleza musulmana. Fue utilizado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, cuando fue incendiado por primera vez. Una vez rehabilitado, fue incendiado por segunda vez en las guerras carlistas. Hoy, este maravilloso castillo de estilo renacentista italiano es una propiedad privada en la que se celebran bodas y todo tipo de eventos pero se puede visitar.

Podemos acercarnos también a Orgaz, cuyo castillo fue testigo de la Guerra de las Comunidades de Castilla. Los vecinos de la villa se refugiaron en él hasta que Carlos V lo incendió. Solo por su torre del homenaje, de veinte metros de altura, merece la pena la visita. 

El Castillo de los Condes de Orgaz data del siglo XIV y se cree que está construido sobre una fortaleza musulmana. Es un bello ejemplo de fortaleza residencial magníficamente conservado. Es de planta rectangular y terminado en bellísimas almenas con maravillosas garitas voladizas en la esquinas. La Torre del Homenaje tiene un ábside semicircular correspondiente a una capilla que rompe la estructura rectilínea del conjunto.

De singular belleza y obligada visita el Puente de los Cinco Ojos corta el Riansares con sus arcos de medio punto iguales, fabricados con sillares de roca granítica labrada. Su calzada está resguardada entre pretiles y cuenta la leyenda que Carlos III lo mandó construir al no poder cruzar el arroyo que venía crecido.

La localidad de Orgaz está plagada de historia y se conservan las puertas de sus antiguas que nos retrotraen al medievo. Allí también podemos disfrutar de la casa de Calderón de la Barca o la del Vínculo de las Cadenas; la iglesia de Santo Tomás Apóstol de Alberto de Churriguera y con ilustración del Greco, El Expolio.

 

Santa María de Melque es un complejo monástico visigodo que se encuentra en el término municipal de San Martín de Montalbán, en la provincia de Toledo

Santa María de Melque es un complejo monástico visigodo que se encuentra en el término municipal de San Martín de Montalbán, en la provincia de Toledo. ©Turismo Castilla-La Mancha, David Blázquez

 

Si nos gustan las historias de castillos, fortalezas y templarios, no podemos dejar de visitar el castillo de San Martín de Montalbán. Se trata de un castillo puramente defensivo, ya que su situación, con un solo lado accesible, lo convertía en inexpugnable. Construido por los templarios, cuenta una vieja leyenda que tenía un túnel subterráneo que unía el castillo con la ermita de Santa María de Melque. El pasadizo permitía salir y entrar de la fortaleza sin ser visto, o directamente huir en caso de necesidad, conflicto o batalla.

La ruta de los yacimientos visigodos

Estas fortalezas, a las que podemos añadir los castillos de Almonacid, Guadalerzas, Peñaflor o Navahermosa, se encuentran en medio de yacimientos arqueológicos visigodos, de gran valor histórico y patrimonial por su escasez a nivel mundial. Están diseminados por toda la comarca y todos son visitables.

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Destaca el yacimiento de Malamoneda, en las cercanías de Hontanar. Se trata de un asentamiento, necrópolis y estructura defensiva pertenecientes a diferentes etapas históricas, desde el Paleolítico hasta los cristianos medievales, pasando por la etapa hispanorromana, visigoda y musulmana.

Encontramos más yacimientos visigodos en el Sitio Histórico de Santa María de Melque (San Martín de Montalbán), los Hitos de Orgaz, Guarrazar (Guadamur) y San Pedro de la Mata (Sonseca).

Para más información sobre el yacimiento de Guarrazar pincha aquí

La comarca de los Montes de Toledo tienen opciones para todos los gustos y situaciones. Una visita imprescindible para los amantes de la naturaleza, la historia y la gastronomía, que aquí encuentran un equilibrio perfecto.