En los vuelos "Low Cost" hay una propuesta del último minuto que abarata el billete de avión más de lo establecido. Se solicita en un tiempo límite para tomar el vuelo y la campañía rebaja el precio de esos asientos con el fin de llenar el avión. No suele pasar los mismo en otros productos muy consumidos en la Navidad, pero si suelen agotarse si son muy demandados, por lo que la previsión no está demás. pensando en las cenas y comidas de Navidad les vamos a sugerir una serie de menús que pueden ayudar a programar con anticipación: Los aperitivos son muy socorridos como primer plato, porque nos permiten tomarlos de pie mientras van llegando todos los invitados y nos permite gran variedad de elección, marisco diverso, jamón, lomo, quesos variados, frutos secos, etc.

En los platos principales la variedad no es menor y va mucho con la tradicción de cada familia. Haremos alguna sugerencia que satisfaga a los invitados y realce el ego del cocinero o cocinera sin que tenga que pasarse las horas en la cocina:

Pularda rellena con castañas.

¿Con qué?

Una pularda deshuesada, 400 gramos de lomo de ternera gallega picada, una cebolla pequeña, castañas peladas, asadas o cocidas, almendras y pasas de corinto, una manzana golden, cien gramos de foie, una copa de coñac o brandy, un huevo crudo, una rebanada de pan de trigo entero, pimienta negra molida, aceite de oliva, sal, agua y miel de romero.

¿Cómo?

En la pollería pedimos que nos deshuesen la pularda, que habrá que encargar con tiempo. Se prepara el relleno a base de la carne picada de ternera gallega, el huevo, la cebolla muy picadita, la miga de la rebanada de pan, las almendras y pasas de corinto y la manzana cortada en dados. Se revuelve todo bien y se macera durante un par de horas en media copa de coñac o brandy. Se sazona de sal y pimienta. El resto del coñac se le echa a la pularda  cuidando de que le llegue a todo, sobre todo por el interior.

Se rellena la pularda con la mezcla y se le introduce en el centro el foie en rectángulos de forma que quede como un pequeño bloque centrado. Se parten las castañas asadas y se distribuyen en el relleno. Se cose el espacio por donde se ha metido el relleno. Se sala por fuera, se pone un poco de aceite de oliva muy refinado y se mete en una fuente al horno a 200º C durante diez minutos por un lado y lo mismo por el contrario –pechuga y espalda-. Después se barniza la piel con agua con miel de romero y se baja la temperatura del horno hasta 170º y se deja que se haga lentamente, cuidando de echarle un poco de agua con miel de romero, para potenciar su color dorado, y dándole la vuelta de vez en cuando hasta que esté apetecible: alrededor de una hora por cada kilo de peso. Diez minutos antes de sacarla se ponen en la salsa las castañas cocidas. Se sirve distribuyendo muy bien los trozos de pularda y el relleno con las castañas que se han hecho en su salsa.

Salmón marinado.

¿Con qué?

Una cola de salmón de dos kilos desespinado y separadas las dos mitades, azúcar, sal, pimienta y eneldo.

¿Cómo?

Propongo comprar dos kilos, una cola; pedimos en la pescadería que nos preparen los dos lomos separados y limpios de espina. Nos llevamos la espina y congelamos todo hasta el día de preparación que los descongelamos veinticuatro horas antes. Situamos en una bandeja plana un lomo con la piel hacia abajo, distribuimos una cucharada sopera de azúcar por dos de sal por cada kilo, es decir, si son dos kilos de salmón distribuimos 4 cucharadas de sal y 2 de azúcar, añadimos unos granos de pimienta, un poco de eneldo en rama y el segundo lomo de salmón con la piel hacia arriba. Encima ponemos una tabla y algún peso, como de tres kilos, y lo metemos en la parte baja de la nevera durante 12 horas, al término de las cuales le damos la vuelta a los dos lomos de salmón, ponemos el peso y lo dejamos en la nevera otras 12 horas. Si lo dejamos 6 horas más estará un poco más consistente. Si no se va a consumir todo de una vez se puede congelar parte, teniendo precaución al descongelarlo. Se sirve el salmón en lonchas finas y se adoba con aceite de oliva, limón y pimienta recién molida, en pocas cantidades. También se puede acompañar de huevo duro, cebolla picadita y alcaparra.

Redondo de ternera blanca rellena de cola de langosta, lomo de buey, cerezas, orejones y piñones, prensado.

¿Con qué?

El redondo de ternera abierto para poder meter el relleno de lomo de buey picado y revuelto con un huevo, miga de pan –dos rebanadas- media docena de orejones, un puñado de piñones y unas cuantas cerezas deshidratadas y una cola de langosta congelada, previamente descongelada.

¿Cómo?

El relleno preparado, la cola de langosta descongelada y desprovista de su caparazón y se introduce todo en el redondo de ternera blanca, tratando de que la cola de langosta quede en el centro y se cose con hilo de cocina. Se introduce en el horno, donde se le da un primer asado a 200º C durante veinte minutos, sólo con medio vaso de agua caliente.

En el horno, después de ese tiempo, vertemos una copa de vino blanco espumoso y dejamos asar durante cuarenta minutos más bajando la temperatura a 160º. Pasado ese tiempo, prensamos durante tres horas poniendo un peso de cinco kilos. Al calentarlo añadimos el toque final, unas frambuesas y unos arándanos a la salsa, dejamos en el horno durante quince minutos y… a disfrutarcon familia y amigos.

Estas son tres propuestas algo diferentes que pueden ayudar a adelantar las compras y hacer menos costosas estas fiestas navideñas en las que, casi todos, realizamos algún exceso, pero mejor que la cuesta de enero no sea tan ardua y empinada.