Guisantes con jamón.

¿Con qué?

Medio kilo de guisantes –los frescos son muy caros por lo que valen los congelados- media cebolla, jamón en lonchas o cien gramos en tacos –la calidad al gusto o al presupuesto-, aceite de oliva y sal.

¿Cómo?

Ponemos a hervir los guisantes con la mitad de media cebolla, unas gotas de aceite y sal. Si son congelados no hace falta descongelarlos, se echan cuando el agua empieza a hervir. Se reservan. En una sartén limpia vertemos tres cucharadas de aceite de oliva y el resto de la cebolla muy picadita en tiras finas, dejamos que se transparente a fuego bajo. Cortamos el jamón en virutas o tacos pequeños –según guste- retiramos la sartén del fuego y añadimos el jamón. Lo rociamos sobre los guisantes escurridos y servimos.

Pollo de corral al horno con mostaza y patatas doradas.

¿Con qué?

Un pollo de corral –es un poco más caro pero más sabroso- dos cucharadas de mostaza, una cabeza de ajos, un limón, una copa de vino de Porto, aceite de oliva, sal, una ramita de romero y patatas precocidas enteras.

¿Cómo?

El día anterior vertemos la copa de vino en el interior del pollo, haciendo que permanezca allí toda la noche. Por la mañana salpimentamos, colocamos en su interior la cabeza de ajos y el ramito de romero y pintamos con un poco de buena mostaza -la de Dijon es muy buena y mejor sin granos-. Introducimos en el horno que hemos calentado previamente a 200º C durante veinte minutos dándole la vuelta a los diez. Rociamos un poco con jugo de limón, le rociamos un poco de agua caliente para hidratar la piel y bajamos el horno a 150º dejando que se haga lentamente durante hora y media. De vez en cuando se hidrata la piel con la grasa que desprende el pollo y con una aguja pinchamos para que no haya verrugas de aire o grasa. Cuando está casi a punto colocamos las patatas precocidas en la salsa para que se doren y cojan el sabor de la salsa. Se sirve partido y con la salsa en salsera para que cada comensal se sirva –si tiene muchos grumos, se puede emulsionar con la batidora-.

Uvas del Vinalopó, pueden ser las últimas del mercado porque las Aledo ya están todas fuera de las viñas.