Ravioli con tomate.

¿Con qué?

Ravioli frescos –si es posible- un bote de tomate triturado, una cebolleta, orégano, aceite de oliva, azúcar, queso rallado y sal.

¿Cómo?

Los ravioli frescos se encuentran en muchas tiendas especializadas y supermercados. Se cuecen en abundante agua, sal y unas gotas de aceite durante 8 minutos. Un poco antes en una sartén o cazuela pequeña con tapa –para evitar las molestas salpicaduras- echamos dos cucharadas de aceite de oliva y pochamos una cebolleta pequeña y muy cortada; cuando está trasparente abrimos el bote de tomate triturado y lo vertemos todo, enjuagando con un poco de agua que echamos en el refrito. Salamos, pellizcamos de azúcar –para evitar la acidez- y dejamos cocer durante veinte minutos a fuego lento. Al apagar dejamos reposar un poco y añadimos una pizca de orégano. Escurrimos los Ravioli y los ponemos en un cuenco en el centro de la mesa junto con el tomate y el queso rallado. Cada uno se sirve a su gusto.

Solomillo de cerdo con cebolla caramelizada.

¿Con qué?

Dos solomillos de cerdo, dos cebollas dulces  grandes, azúcar moreno, sal, pimienta, aceite de girasol y una copa de vino blanco.

¿Cómo?

Cortamos las dos cebollas en juliana y pochamos en una cazuela con unas cucharadas de aceite a fuego muy bajo, cuando empiecen a transparentarse espolvoreamos dos cucharas de azúcar moreno y movemos con cuidado de vez en cuando. La cebolla empezará a dorarse, retirar antes de que se ponga marrón. En una fuente de horno colocamos los dos solomillos, salpimentamos rociamos con un poco de aceite de girasol y lo horneamos a 200º C durante veinte minutos dándole la vuelta cada diez minutos. Pasado ese tiempo vertemos el vino blanco, enfriamos a 160º y dejamos diez minutos más. Antes de apagar el horno añadimos la cebolla caramelizada y su jugo a la fuente, reposa cinco minutos y apagamos. Se sirve el solomillo en medallones acompañado de la cebolla.

Plátanos flambeados al ron, en una sartén con un poco de mantequilla y se fríen los plátanos, previamente cortados longitudinalmente y rociados con limón, se añade un poco de azúcar y se vierte una copa de ron y se deja macerar cinco minutos. Antes de servir se enciende el ron, si se ha quemado mucho se calienta un poco con azúcar, se le prende fuego y se vierte sobre los plátanos.