La respuesta es obvia: sí cuando se hace mal uso del aparato. El uso indebido del teléfono móvil ha sido la causa, al parecer,  del gran fiasco de la ceremonia de los Oscar de este año.  Brian Cullinan empleado de PricewaterhouseCoopers (PwC), la consultora encargada de la custodia de las tarjetas de los premiados, hacía fotos con su móvil a la estrella ganadora del Oscar a la mejor actriz protagonista, Emma Stone, en vez de retirar la segunda tarjeta que fue la causa de la gran confusión.

Martha Ruiz la otra encargada de la custodia de la consultora también ha pagado el fallo de su compañero y ya no podrán ver más la ceremonia de los Oscar desde la alfombra roja.

Parece que el móvil va a ser el aparato del futuro, según se ha visto en la MWC 2017 Barcelona Mobile World Congress, que se clausuró ayer. Está claro de que hoy por hoy es también el causante de varias caídas de usuarios por la calle que no advierten los fallos de la calzada. Hay algún caso de accidente más grave cuando algún aprendiz de fotógrafo estrella ha perdido el equilibrio en algún lugar peligroso.

La otra interferencia en el trabajo cada vez las empresas tratan de controlarla para que no se utilice durante el horario laboral. Desde luego hay oficios y tareas que son incompatibles con el uso del móvil como cámara fotográfica. Por ejemplo, ¿se imaginan lo que pasaría si a un guardia de la circulación se le ocurriese sacar fotos, mientras desarrolla su actividad en un cruce de una gran ciudad? Podemos seguir con los ejemplos, que un miembro de la seguridad de una autoridad del estado hiciese fotos en un acto oficial o, más aún, que un hombre que maneja documentos confidenciales los fotografiase. Claro que cuando se ven tantas filtraciones de todo tipo es para dudar de las personas que tienen a su cargo la custodia, sobre todo, de documentos judiciales.