Aunque todos los focos estaban puestos sobre lo que podría decir Luis Bárcenas, al sentarse ante la Justicia dentro de la macrocausa de caso Gürtel, hay que recordar que este juicio va a dar para mucho y que el extesorero del PP no es el único genovés ilustre imputado que podía tirar de la manta.

Es cierto que al final Bárcenas ha moderado su tono pues, aun reconociendo que existió una caja B en el PP, no ha disparado como se esperaba contra Rajoy. Pero también lo es que el banquillo de la Audiencia Nacional todavía espera a populares de peso.

Este miércoles será el turno de Jesús Merino, uno de los hombres de confianza de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se enfrenta a una pena de 3 años y nueve meses de prisión por los delitos de blanqueo y falsedad continuada al haber, supuestamente, amañado adjudicaciones públicas en Castilla y León para las empresas de Francisco Correa.

Y es que, según apuntó la Fiscalía anticorrupción en su escrito de acusación, al que hemos tenido acceso ELPLURAL.COM y nuestros colaboradores, Los Genoveses, la relación de Francisco Correa con miembros del Partido Popular no terminaba en Bárcenas, sus tentáculos llegaban a más cargos del PP, entre ellos, Jesús Merino.

El que fuera diputado, consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León y vicepresidente de la misma hasta 1999 le abrió las puertas a Correa en esta comunidad autónoma y, de paso, buscó un claro “enriquecimiento ilícito” (todos los datos sobre la intensa biografía de Merino antes, durante y después de la Gürtel, en Los Genoveses).

Según reza el escrito de la Fiscalía Anticorrupción, Correa habría usado la influencia que tenía Jesús Merino “sobre distintos cargos públicos de la formación política (el PP) en Castilla y León, para obtener adjudicaciones públicas a favor de empresas de confianza de Correa”.

Dicho de otro modo, Merino habría amañado contratos públicos para que se los llevaran las empresas de la Gürtel a cambio de comisiones que o bien se repartían en “efectivo” o bien “en forma de viajes y servicios turísticos enmascarados con facturas ficticias”.

¿Cómo lo hacían?

Una de las claves sobre las que Merino tendrá que intentar dar explicaciones este miércoles ante los jueces de la Audiencia Nacional es su vinculación con la sociedad SPINAKER 2000.

Según cree la Fiscalía, Correa, Bárcenas y Merino habrían usado esta sociedad para facturar las mordidas de las adjudicaciones. Nada más y nada menos que 331.737 euros en el caso de Merino, 1.248.561 para Bárcenas y el 1.222.420 euros que se embolsó Correa con estas operaciones.

Para intentar ocultar estas elevadas cantidades de dinero, emitían “facturas falaces por servicios inexistentes cuyos importes se distribuían entre sus verdaderos beneficiarios en efectivo y de modo opaco a la Hacienda Pública”.

Así de duro fue el escrito de acusación de Anticorrupción. Ahora habrá que eperar para saber si Merino asume u opta por tirar de la manta e implicar a otros. De momento, la línea de su defensa ha pasado por quitarse de en medio y medir mucho sus apariciones publicas. De hecho, se ha limitado a publicar comunicados desmintiendo todo lo desmentible y a otra cosa sin enfrentarse con sus compañeros del PP.