La central de Garoña, que está entre las 10 más viejas del mundo, podrá volver a operar hasta el año 2031 tras recibir el aval del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que ahora debe ser ratificado por el Ministerio de Energía. Los partidos en la oposición y las principales organizaciones ecologistas han criticado la decisión y han advertido de que se abre la puerta para alargar el funcionamiento de todo el parque nuclear español.

Nadal dice que dialogará
Fuentes del Ministerio de Energía, que dirige Álvaro Nadal han manifestado que el Gobierno dialogará con todos los agentes implicados entre ellos comunidades autónomas, organizaciones ecologistas y empresas, antes de tomar una decisión, para lo que tiene seis meses.

Cuatro de los cinco consejeros del máximo órgano de seguridad nuclear, tres nombrados a propuesta del PP y una del PSOE, han aprobado el dictamen favorable a la reapertura de la central si se cumplen diez grandes condiciones de seguridad, mientras que Cristina Narbona (también propuesta por el PSOE) ha votado en contra. El cierre de Garoña fue decretado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La decisión adoptada sienta precedente para que una central nuclear pueda operar más allá de los 40 años de vida útil para los que en principio ha sido construida si cumple con las medidas de seguridad exigidas. Se abre la posibilidad de que las otras cinco plantas nucleares activas en España (Almaraz, Cofrentes, Trillo, Ascó y Vandellós), que cumplirán cuarenta años en la próxima década, puedan solicitar prórrogas similares a la que se ha avalado para Garoña.

La siguiente en hacerlo es Almaraz (Cáceres), la nuclear que más electricidad genera (casi el 30% del total del sector), y le seguirían Cofrentes (Valencia), Ascó, Vandellós (en Tarragona ambas), y Trillo (Guadalajara).

Hasta ahora, el tiempo máximo que había permanecido conectada a la red una planta nuclear en España eran los 37 años de la ya clausurada Zorita (Guadalajara), que funcionó entre 1969 y 2006.

Los grupos en la oposición contra la reapertura

PSOE, Ciudadanos, el PNV, Unidos Podemos y ERC han salido a protestar contra las conclusiones del organismo regulador, y han criticado que se antepongan los intereses de las eléctricas a la seguridad de los habitantes.  Han reprochado al Gobierno que utilice al CSN, un organismo que debería ser independiente, y técnico. "Rajoy está jugando con fuego y nos tendrá enfrente", ha advertido la diputada socialista Esther Peña.

Los ecologistas advierten de los peligros
Las principales organizaciones ecologistas y el partido político Equo han lamentado el dictamen favorable a la reapertura de Garoña, y han señalado que con esta decisión se abre la puerta para alargar el funcionamiento de todo el parque nuclear español, sin un debate previo ni político.

Paco Castejón, de Ecologistas en Acción, ha advertido del riesgo que supone mantener Garoña en funcionamiento, una peligrosa antigualla situada en la cabecera del Ebro en la que un accidente con fuga al río afectaría ecosistemas, y poblaciones de las comunidades. Por otro lado, se trata de un permiso de 17 años, el más largo concedido a una central nuclear en España que supondrá una autorización para operar hasta los 60 años dentro del actual mercado eléctrico español, en el que "las nucleares son un negocio para sus explotadores".