Este sábado se cumplen 13 años de los terribles atentados de Atocha. En total, 192 asesinados y decenas de víctimas en una jornada, la del 11 de marzo de 2004, que ha quedado grabada en la historia de nuestro país. Fue también el 11 de marzo cuando el Gobierno del Partido Popular, liderado por José María Aznar, empezó a mentir sobre la autoría de la masacre. Embustes que enfurecieron a la ciudadanía, que decidió manifestarse frente a las sedes del PP en plena jornada de reflexión, justo un día antes de que José Luis Rodríguez Zapatero venciera a Mariano Rajoy en las urnas y se abriese en España un nuevo ciclo político.

Mucho se ha escrito en los últimos años sobre el mensaje de texto con el que se convocaron las protestas frente a las sedes del PP el 13 de marzo de 2004. Durante años, la ‘caverna mediática’ insistió en que el PSOE estuvo detrás del célebre ‘pásalo’ y que incluso Alfredo Pérez Rubalcaba fue el ideólogo de la que se convertiría en la primera manifestación convocada en España a través del móvil e internet. Pero poco después de surgir Podemos, en una entrevista concedida a Iñaki Gabilondo, Pablo Iglesias aseguró que “el famoso SMS” se cocinó en su entorno.

“Se gestó en mi facultad con un grupo de gente pensando la manera en la que había que ponerlo para que cupiera en los caracteres y generara ese efecto de ‘flashmob’”, dijo el dirigente de Podemos. Pablos Iglesias no faltó a la verdad, pero en su relato omitió algunos aspectos relevantes respecto a lo que realmente ocurrió hace justo 12 años. Detalles que el periodista José María Garrido, entonces estudiante de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, desveló en un relato que con motivo del décimo tercer aniversario de los atentados de Atocha recordamos en ELPLURAL.COM.

El Mensaje
La noche del 12 marzo de 2004, un estudiante de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid escribió en su móvil: “¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP, C/ Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”. 

El estudiante, que siempre ha mantenido su anonimato aunque en su día concedió sendas entrevistas a los periodistas Carlos E. Cue y Fernando Berlín, escribió el mensaje de madrugada y no lo envió hasta la mañana del 13 de marzo. En un primer momento sólo se lo mandó a un profesor que en la actualidad está fuertemente vinculado a Podemos. Se dio la circunstancia de que ese día muchos de los profesores de la facultad de Políticas coincidieron en el Tanatorio Sur de Madrid debido a que había fallecido la mujer de un profesor de la Complutense aunque sin relación con el atentado. 

La mayoría de los profesores de la facultad coincidieron en señalar que el Partido Popular trataba de ocultar la verdadera autoría de los terribles atentados de Atocha. Optaron de este modo por alentar y secundar la desobediencia civil en la jornada de reflexión electoral. Dieron así el visto bueno a que el alumno replicara el SMS. Lo mandó a 17 personas. Entre sus destinatarios se encuentran 5 dirigentes que han formado parte de la dirección de Podemos.

El papel del PSOE e Izquierda Unida

En apenas unas horas, el mensaje había llegado a la práctica totalidad de los profesores y alumnos que estudiaban en la facultad de Ciencias Políticas. El SMS tampoco tardó en llegar a los dirigentes de los principales partidos políticos de la oposición. Recorrido lógico si se tiene en cuenta que muchos de los alumnos de la facultad de Políticas formaban parte de las organizaciones juveniles del Partido Socialista o de Izquierda Unida.

“Cuando recibí el mensaje, se lo envié a mis compañeros de Juventudes Socialistas y al secretario de Organización de mi Agrupación, que a su vez se lo envió al secretario general y a otros cargos medios del partido para que estuvieran al corriente de la manifestación que se estaba gestando. El resultado es que en apenas unas horas, el aparato del PSOE era consciente de que se produciría una concentración en la sede del PP. Ocurrió lo mismo en el caso de Izquierda Unida”, recuerda a ELPLURAL.COM un ex alumno de la facultad de Políticas que contribuyó a difundir aquel 13 de marzo de 2004 el mensaje del ‘Pásalo’.

De aquellas protestas que se difundieron por mensajes queda un libro escrito (‘13-M. Multitudes on line’) en el que un grupo de docentes se “autoinculpa” de la organización y convocatoria de manifestaciones frente a las sedes del PP. Entre los firmantes figura Ariel Jerez, uno de los principales ideólogos de Podemos.

En el capítulo que escribió junto a Sara López Martín, el vicedecano de la facultad de Ciencias Políticas y miembro del Consejo Ciudadanos de Podemos, recopiló testimonios de algunos de los inspiradores de la manifestación. En sus conclusiones, reconoce el acierto de haber ampliado la lista de distribución a dirigentes del PSOE e Izquierda Unida.

“Todos los participantes dicen haber rebotado el mencionado SMS y otros que recibieron; también se hacen circular correos electrónicos a personas de distintos colectivos con las que tienen trato, así como a amigos y familiares. Algunos afirman haber mandado algún mensaje a varios responsables de organización de partidos (IU y PSOE). Las listas de distribución de los distintos colectivos empezaron a circular y ampliaron exponencialmente la convocatoria”, explica Jérez.

Ordenadores enredados y citas personales

El coordinador de '13-M. Multitudes on line' es el profesor Victor F. Sampedro, quien relata así lo ocurrido: “El 13-M fue culpa de todos los que alentamos, convocamos y secundamos la desobediencia civil en la jornada de reflexión (…) Quienes escribimos este libro hicimos lo que otros muchos ciudadanos. Durante la última legislatura del Partido Popular nos movilizamos contra decretazos, reformas educativas y mentiras tan espesas como la del fuel del Prestige o la sangre derramada por controlar el petróleo de Irak. Nuestros ordenadores y teléfonos móviles se habían enredado, estaban en red, on line (…) En las últimas manifestaciones contra la guerra ya nos auto-convocábamos, sin esperar a que lo hiciesen otros en nuestro nombre, sin solicitar permisos ni pactar recorridos de protesta. Y el 13 de marzo de 2004, creyendo que estaríamos solos, volvimos a descubrir que éramos multitud. Esa multitud nos sobrepasó a todos, en número, en potencia, en desobediencia”.

 

Pese a ello, tal y como expone Ariel Jérez, “las citas personales para llegar a la sede del PP en la calle Génova fueron producto de llamadas de un grupo más pequeño, de mayor confianza, que no servía de referencia para saber si la convocatoria tendría la respuestas esperada. La imprevisibilidad de las convocatorias en el nuevo ciclo de movilización aumentaba en esta coyuntura de crisis”.

Incluso, algún participante recordó que cuando se dirigían a Génova “no teníamos ni idea de qué nos íbamos a encontrar. Incluso habíamos quedado en que si no pasaba nada, que saludábamos a los amigos y nos metíamos al cine a cerrar la jornadita de reflexión”. Finalmente la manifestación fue un éxito y sirvió para que el Partido Popular reconociese la autoría de Al Qaeda en los atentados de Atocha.