¿Tradición o gasto innecesario? Estos días se ha levantado una nueva polémica a costa de lo que pagamos todos los españoles por los retratos de nuestros altos cargos del Estado, después de que el exministro de Educación, José Ignacio Wert, reapareciese de su puesto dorado en París, para presentar, sin periodistas presentes, su retrato oficial como ministro.

En un escenario aún de recortes, especialmente en educación y cultura, los gastos de los diversos departamentos en retratos son bastante abultados. En una pregunta al Gobierno en 2014 hecha por el entonces diputado, Gaspar Llamazares, el gasto desde 1977 se cifró en más de un millón y medio, aunque reconociendo que muchas facturas no se pudieron encontrar.

Si el retrato al óleo de Wert, obra del pintor Rafael González Cidoncha y ha supuesto un coste de 20.000 euros, los de otros políticos tampoco se quedan atrás. Comenzando con los expresidentes, José María Aznar fue retratado por el pintor gaditano Hernán Cortés Moreno, por un coste de 82.600 euros, mientras que el de Felipe González, del mismo autor, costó 69.600 euros, ambos cuadros colocados en los pasillos del Palacio de la Moncloa.

¿Foto o pintura?

Trasladándonos a la Carrear de San Jerónimo, los presidentes del Congreso también están inmortalizados con brocha en sus pasillos. El último en colocarse fue el de José Bono, presidente de la Cámara Baja en la segunda legislatura de José Luis Rodriguez Zapatero, que, inmortalizado por el pintor madrileño, Bernando Pérez Torrens, por un coste de 82.600 euros.

El antecesor de Bono, Manuel Marín, quiso acabar con la tradición de las pinturas al óleo y hacerse una foto. Aunque discutió sobre esto con su sucesor, al final fue inmortalizado por Cristina García Rodero, Premio Nacional de Fotografía en 1996, 24.780 euros.

Los que menos gastaron

Pero los retratos oficiales que menos han costado a todos los españoles, en concreto cero euros, han sido los de los exministros de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y la exministra de Educación, Cultura y Deportes, Pilar del Castillo. Ambos decidieron no tirar del presupuesto público y hacerse ellos mismos su retrato.

A Cascos no le dejaron

La cifra más alta por un cuadro se alcanzó cuando Francisco Álvarez Cascos, exministro de Fomento, quiso ser retratado ni más ni menos que por el pintor Antonio López, el que tardó 20 años en entregar un retrato de la Familia Real. El presupuesto para López fue de 194.700 euros, una cifra desorbitada y que causó gran revuelo, lo que produjo la rescisión final del contrato por la también exministra de Fomento, Ana Mato.

Rajoy, el más retratado

También cabe recalcar que hay varios ministros o altos cargos que han sido inmortalizado más de una vez, ya que han ocupado diversos puestos, ex ministro de Sanidad por el PP, José Manuel Romay Beccaría, que también fue inmortalizado como presidente del Consejo de Estado.

Pero el que se lleva la palma es el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que, además de su cuadro por su presente cargo, tiene un retrato en los pasillos de los ministerios de Interior, Educación y Cultura, Administraciones Públicas y Presidente del Gobierno.