La Delegación del Gobierno en Madrid decidió prohibir todas las convocatorias de manifestaciones y concentraciones que se habían comunicado para los días 7 y 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer en la comunidad. Lo justificó alegando “motivos de salud pública”, un criterio razonable y sensato teniendo en cuenta que estamos en una pandemia y en plena lucha contra la tercera ola, pero un tanto incongruente y hasta discriminatorio si se tiene en cuenta que a lo largo de la pandemia se han celebrado otro tipo de manifestaciones multitudinarias, sobre todo, vinculadas a la derecha y la extrema derecha.

No se escuchan reproches a las constantes manifestaciones que desde que concluyó el confinamiento severo en mayo la derecha está realizando en las calles de todo el país. En cambio, desde la edición de 2020 de las manifestaciones del 8M se ha tratado de criminalizar al colectivo feminista y se le ha echado la culpa del impacto que ha tenido la pandemia en nuestro país. Se justificó la severidad de la primera ola señalando las concentraciones feministas y ahora, un año después, se vuelve a poner en el punto de mira las mismas manifestaciones.

Desde el 8 de marzo de hace un año se ha culpado al Gobierno por permitir las multitudinarias manifestaciones propias de este día, olvidándose de los demás eventos masivos que tuvieron lugar el mismo fin de semana: un mitin de Vox en Vistalegre con 9.000 asistentes, citas deportivas con estadios llenos, conciertos, fiestas… Lo mismo ocurre ahora, muchas voces han pedido que se cancelen las manifestaciones feministas, pero no tantos recuerdan, o no quieren hacer referencia, a lo que se ha realizado durante todo el año.

PP, Ciudadanos y Vox, en diversas ocasiones, han clamado por la libertad durante esta pandemia del coronavirus, han salido a la calle haciendo llamamientos a la población para ello y también han protestado olvidándose de respetar las medidas de seguridad y de que ello suponía un peligro para la salud pública.

Fin del estado de alarma con gritos de “libertad”

Dos meses después del inicio del primer estado de alarma, las calles del madrileño barrio de Salamanca comenzaron a llenarse de manifestantes cargados de banderas de España y cacerolas para hacer ruido y clamar por la libertad. Durante días, los asistentes, aupados por la derecha, se saltaron la ley y las normas del decreto para exigir la dimisión del Gobierno, a quién también llamaban criminal, y reclamar el fin del confinamiento.

También en mayo tuvo lugar la gran caravana convocada por Vox con la intención de colapsar las principales capitales de provincia​. Multitud de coches y motos, con diversos objetos con la bandera nacional, o incluso la franquista, y los mismos gritos de ‘libertad’ y ‘Gobierno dimisión’, circularon a golpe de bocina por las principales calles de cada ciudad.

Manifestaciones contra las medidas sanitarias

Sectores de la derecha también han mostrado simpatía con las manifestaciones promovidas con el fin de denunciar las medidas que se han ido implantando para hacer frente al coronavirus. En junio destacó la convocatoria de negacionistas en la plaza de Colón de Madrid, en la que se defendió que la pandemia era una “farsa” y una “mentira”. Uno de los promotores del encuentro fue el cantante Miguel Bosé, que ha dejado evidencia durante toda la crisis de su negacionismo.

Ya en octubre, los coches volvieron a ser los protagonistas en una manifestación convocada por Vox para el día de la Fiesta Nacional con el argumento de que el Gobierno “está matando con su incompetencia” y con “sus medidas totalitarias y absurdas”. Durante este mes se produjeron más llamamientos de este tipo, también respaldados por la extrema derecha.

Una manifestante porta una bandera preconstitucional bajo el Paso de Eduardo Dato.

“Defensa de España y la libertad de los españoles”

La “defensa de España y la libertad de los españoles” fue lo que llevó a Vox a hacer otro llamamiento a la calle el 6 de diciembre. En esta ocasión, frente a los Ayuntamientos de toda España, ya que “el Gobierno atenta contra el orden constitucional”.

La aprobación en el congreso de las leyes de Educación y de la Eutanasia también fue motivo para que la derecha saliese a la calle en el último mes de 2020. PP, Ciudadanos y Vox denunciaron que la ley Celaá “ataca” la libertad de los padres para escoger la enseñanza para sus hijos, además de levantar bulos como que se cerraban los centros de educación especial y se atacaba a los concertados.

Por la ley de Eutanasia, aprobada únicamente con los votos en contra de PP y Vox, se convocaron protestas y se calificó al Ejecutivo como ‘Gobierno de la muerte’. En el acto convocado frente al Congreso, Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros salieron para mostrar su apoyo.

PP, Ciudadanos y Vox se han unido a la manifestación frente al Congreso contra la 'Ley Celaá'. Europa Press

Un 28F peculiar

Desde Vox decidieron celebrar el día de Andalucía, el 28 de febrero, de una forma un tanto peculiar, causando la indignación de parte de la población al celebrarse muy próximo al 8M y no tomarse medidas semejantes. Macarena Olona protagonizó un acto en Sevilla de la formación ultra en el que reunió a más de mil personas y donde reivindicó el ‘andalucismo español’ y reconoció a “la identidad propia, pero bajo una sola bandera, la bandera nacional”.

Asistentes a la concentración antiautonomista de Vox en Sevilla, el pasado 28 de Febrero.

Cabe recordar que otro tipo de manifestaciones se han convocado en este año de pandemia, como las recientes por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, así como las marchas en defensa de la sanidad pública.

Con todo ello, y a pesar de las maniobras de la extrema derecha durante la pandemia, en este 8M no es oportuno salir a las calles para reivindicar el Día de la Mujer conociendo los datos que tenemos hoy frente a los del año pasado. Hay muchas formas seguras de reivindicar este día sin comprometer la lucha contra la pandemia y no por ello tendrán menos fuerza.