La alcaldesa de Barcelona Ada Colau ha concedido una entrevista en RAC-1, en la que ha sido tajante con su decisión de aceptar los votos del PSC de Jaume Collboni y de Manuel Valls: “Hice lo que tenía que hacer, y mi partido, también”.

Además, ha dicho que tiene “sentimientos contradictorios”, que han estado presentes durante toda la investidura. Y también ha dejado claro que “seguramente” estos sean sus últimos cuatro años como dirigente del Ayuntamiento de Barcelona. “No vengo a alargarme en la política, pero nuestras políticas necesitan cuatro años más para consolidarse. Y para lograrlo lo mejor es hacerlo desde la alcaldía”.

Aunque en la entrevista se ha dejado a un lado a la política como protagonista, dejando paso a un emotivo momento de Colau. El locutor Jordi Basté le ha planteado que, si en algún momento se ha planteado abandonar, teniendo en cuenta todas las tensiones por las que ha pasado. Justo después, a la política se le ha quebrado la voz y se le han escapado las lágrimas. “Claro, tengo dos hijos”, ha explicado.

Después de una pausa de publicidad en el programa radiofónico, la alcaldesa ha continuado explicando: “Claro que me lo he planteado. Somos humanos y he pasado momentos duros. Me han llamado traidora, botiflera, puta, de todo, en la plaza de Sant Jaume”. Después, ha seguido hablando sobre la presión que vivió en la plaza entre los independentistas y sus seguidores, aclarando que le “gustaría que todos lo condenaran. Sé que no representa al conjunto del independentismo, pero en la plaza se vivió una situación de degradación que no se debería tolerar. Hemos tenido que escuchar cosas muy duras”.

Sobre Maragall: “Lo que dijo no es lo que mucha gente quería escuchar”

Volviendo al panorama político en la capital catalana, Colau ha hablado sobre el acuerdo con el que podría haber gobernado, teniendo el apoyo de ERC y PSC: “Nuestra apuesta hasta el último minuto era un tripartito con ERC y PSC; fuerzas de izquierdas con diferencias. Barcelona habría tenido una mayoría de gobierno amplia, sólida y transversal”, añadiendo que este pacto habría dejado “empezar a superar la política de bloques sin esconder las diferencias”.

Para ella, la responsabilidad de no haber podido llegar a este acuerdo ha sido de los “vetos cruzados” de ERC y PSC, ya que “los dos querían pactar con Barcelona en Comú pero entre ellos no querían”. Después, ha criticado de los republicanos sus “dobles discursos”: “No es normal que ERC pacte con el PSC en todo el territorio catalán, pero no en Barcelona”, ha explicado.

También ha denunciado el “lenguaje duro, los ultimátums y las acusaciones” que le han lanzado desde ERC. “No es normal que nos llamen carceleros a estas alturas”, ha afirmado. Sobre Ernest Maragall, cree que se equivocó cuando, durante su discurso en la noche electoral, cuando defendió una Barcelona independentista: “La noche electoral hubiera sido inteligente que Maragall, si quería ser alcalde, hubiera hecho un discurso más amplio. Creo que lo que dijo no es lo que mucha gente quería escuchar”.

Sobre los “sentimientos contradictorios” durante la investidura, Colau ha declarado que “no fue un día exactamente feliz, aunque es un honor volver a ser alcaldesa de Barcelona. Pero la situación era excepcional. Nunca había costado tanto llegar a una investidura. Estaba la presencia de Quim Forn en el pleno, un hecho impactante, de mucha emoción. La plaza de Sant Jaume gritando. Todo eso se expresó”, y después ha explicado que “hacer política es afrontar la complejidad”.

El apoyo de Valls

Hablando sobre que Manuel Valls haya decido a Barcelona en Comú sus votos para apoyar la investidura de Colau, esta ha dicho que “nunca hubiera imaginado este escenario”, pero ha dejado claro que no ha pactado nada con el francés “ni ha condicionado ni condicionará nada”. Por lo que se ha reiterado en lo que dijo durante la campaña sobre que no pactaría con Valls: “No mentí”.