El ataque esta semana a una mezquita de Quebec (Canadá) ha puesto en alerta a quienes en nuestro país profesan la religión islámica.  Los últimos atentados contra lugares de oración de musulmanes han ido precedidos de episodios de enfrentamiento que aquí se han dado ya. Pintadas, cabezas de cerdo y amenazas son algo que conocen bien y los últimos acontecimientos han aumentado la preocupación, despertando también sus peores temores.  

La islamofobia no ha dejado de crecer en España. Si en 2015, según datos de la Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia, el número de agresiones se multiplicó en un 500% respecto al año anterior, las cifras de 2016, a falta de datos definitivos, que se harán públicos este mismo mes, no parecen ser esperanzadoras.

Aunque en un porcentaje de crecimiento menor, los ataques de carácter anti musulmán siguen en línea ascendente, y eso que, tal y como recalcan desde la agrupación a ELPLURAL.COM “nuestras cifras son sólo una parte mínima de los casos reales”.  

Entre los factores que han llevado a multiplicar de forma exponencial el rechazo, la plataforma no duda al señalar a “algunos medios de comunicación y sus titulares. Hemos detectado 15 medios próximos a la extrema derecha, cuyas informaciones son realmente dañinas y malintencionadas”.  

El Ciberodio

Las redes sociales son un factor clave en la propagación de mensajes de odio. Tal y como explica a este medio María Tejada, responsable de Campañas de Comunicación de Accem, una ONG dedicada a la atención de refugiados, migrantes y personas en riesgo de exclusión social, “los atacantes se escudan en ellas para lanzar mensajes terribles. Circulan muchas informaciones falsas muy peligrosas”, a lo que desde la Plataforma añaden que “se llega a hacer auténtica apología del asesinato sin que apenas haya control”.

Musulmanes, árabes y refugiados

Entre quienes son víctimas de islamofobia están musulmanes, árabes de cualquier religión, coptos, judíos e incluso ateos, y refugiados.

“No pueden saber cuáles son tus creencias por tu aspecto”, recalcan los afectados. “En España sólo somos un millón y medio de musulmanes, y más del 40% son ‘conversos’, lo que deja en mínimos el porcentaje de personas cuya religión es el Islam”.

Casi siempre mujeres

La mayor parte de las agresiones las sufren las mujeres. El velo las convierte en un blanco fácil, pero “muchas veces ni siquiera lo llevan”, subrayan los afectados. Cerca de 200 mujeres han de hacer frente cada año a insultos, escupitajos y vejaciones. Los casos de discriminación laboral y escolar se cuentan por decenas.

Terrorismo e Islam

Para la integrante de Accem, “lo más peligroso es la vinculación que se ha hecho del Islam con el terrorismo”. En este sentido, “los que han lanzado el mensaje lo han hecho muy bien. El terrorismo no tiene ni banderas ni religiones, se aprovecha de una situación”, e incluso de la terminología, si tenemos en cuenta que ‘yihad’ en árabe clásico significa esfuerzo.

Crisis y xenofobia

Las crisis son el escenario perfecto para la proliferación de pensamientos y conductas xenófobas y el discurso se basa siempre en el miedo. María Tejada, autora también de un estudio sobre el avance la xenofobia en Europa, asegura que este tipo de discurso “va creciendo muy lentamente y es vital pararlo en sus inicios”. “Los políticos, por temor a perder parte del electorado no han tomado medidas y no han mostrado una oposición radical a este tipo de mensajes”.  

Tomando las instituciones

Lo cierto es que la xenofobia ha ido adentrándose en las instituciones. Marine Le Pen, en Francia, Geert Wilders en Holanda, o Amanecer Dorado en Grecia son muestra de cómo partidos con este tipo de discursos han ido sumando votos en una sociedad desencantada.  Hasta en un país como Polonia, donde el porcentaje de extranjeros es mínimo, existe un partido claramente neonazi, el NOP (Renacer Nacional Polaco). También en el Parlamento Europeo su visibilidad e influencia ha ido creciendo.

Aunque en España la presencia de partidos de estas características es anecdótica, con contados concejales en municipios como Alcalá de Henares, María Tejada asegura que “hace unos años hubiera sido impensable que estuvieran ahí, al igual que lo hubiera sido la existencia de algo como Hogar Social Madrid”.

Educación, control e integración.

El freno a la xenofobia en general y la islamofobia en particular pasa, según los colectivos que conviven a diario con esta realidad, por la integración, la educación y el control de los mensajes que se lanzan. Generar políticas de integración, permitirá además, insisten desde Accem, luchar contra el terror, puesto que “no podemos olvidar que muchos de los terroristas son ya nacionales, nacidos en territorio europeo, a los que, con muchos matices, pero se ha dado la espalda”.