Entre 2008 y 2015 el número de niños en situación de pobreza severa en España  aumentó en 424.000. Así lo denuncia Save the Children en un informe titulado Desheredados. Desigualdad infantil, igualdad de oportunidades y políticas públicas en España, que refleja que España es el país donde más ha aumentado durante la crisis el número de niños que viven en hogares donde nadie trabaja, hasta llegar a los 800.000 menores. La ONG exige que se aumente la prestación por hijo y que el Gobierno adopte una serie de medidas que prevengan y protejan a los menores y a sus familias.

Save the Children señala que España está entre los países de la Unión Europea con más desigualdad. “Las personas más ricas en nuestro país ganan siete veces más que las más pobres, cuando la media europea es de 5,2 veces. Pero la desigualdad afecta con especial crudeza a los niños: los menores de edad con menos recursos se han empobrecido cinco veces más durante la crisis que los más ricos -un 32% y un 6% respectivamente”.

Condenados a la pobreza

 “En España, un niño que nace en un hogar pobre está condenado de por vida a serlo. El Estado no permite que los niños tengan las mismas oportunidades, al contrario, les pone zancadillas a los que peor están. Ni las políticas públicas de protección social ni el sistema fiscal están diseñados para reducir la desigualdad y acabar con la pobreza”, en palabras de Andrés Conde, director general de Save the Children.

Si el sistema tributario tiene como finalidad redistribuir la riqueza, en nuestro caso los impuestos tienen limitaciones para reducir la desigualdad porque “proporcionalmente gravan más a las personas más pobres en relación con las más ricas. La población más pobre dedica un 28,2% de sus ingresos a pagar impuestos, solo el 10% más rico paga más, el resto de la población paga proporcionalmente menos”. Destaca la ONG.

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El sistema educativo no reduce tampoco las desigualdades. Dice Save the Children: “Aunque la escolarización es universal, la financiación y calidad de los servicios educativos favorecen más a unos alumnos que a otros. La consecuencia es que casi la mitad de los niños de familias más pobres –el43%- acaba abandonando prematuramente sus estudios”.

La destrucción del empleo

Otro factor de desigualdad es el empleo. “La destrucción de empleo durante la crisis ha afectado de forma desproporcionada a las familias más pobres y con hijos en nuestro país. España es el país donde más ha aumentado durante la crisis el número de niños que viven en hogares donde nadie trabaja, hasta llegar a los 800.000 menores. Pero tener un trabajo tampoco es una garantía para salir de la pobreza: la tasa de hogares pobres con hijos en los que algún miembro trabaja en España es de las más altas de Europa”.

Para terminar de dibujar el panorama, la inversión en protección social en el caso de España es muy escasa y no se distribuye de forma equitativa. “Apenas el 33,6% de los niños pobres tienen acceso a la única prestación dirigida a mejorar su situación”, explican.

En cuanto al destino de los recursos, las familias más pobres dedican la mayoría a los gastos de la vivienda, pero la renta de los hogares más desfavorecidos ha caído a un ritmo mucho mayor que los alquileres o las hipotecas y gastos como la luz o el gas han subido considerablemente, dice la ONG que añade: “En nuestro país la mitad de los niños más pobres viven en hogares que destinan más del 40% de sus recursos a los gastos del hogar. Lo que les queda mensualmente a las familias más pobres por hijo, descontando los gastos de la casa, ha pasado de 233 euros en 2008 a 130 en 2015.”

Los recortes empiezan por los gatos energéticos, que además durante la crisis han aumentado un 70% y que impiden a casi uno de cada tres hogares con hijos mantener la casa a una temperatura adecuada.

El Gobierno debe proteger a los niños

La salud de los menores más pobres también se ve afectada ante la exposición a peores condiciones y hábitos de vida y un acceso limitado a servicios sanitarios que no cubre del todo el Estado, como el oculista, el dentista o el logopeda. Los niños más pobres sufren más obesidad infantil que los más ricos -un 33% y 23% respectivamente-, un problema directamente relacionado con el sedentarismo y la mala alimentación, que se da mucho más cuantos menos recursos tiene el niño.

Save the Children exige como medida más urgente que se mejore la prestación actual por hijo a cargo, tanto en cobertura como en cuantía, para todos los niños que viven por debajo del umbral de la pobreza de los 25€ mensuales hasta 100€.

Entre otras medidas, piden que se pongan en marcha políticas y planes públicos de fomento al alquiler de forma equitativa; que se proteja por ley a las familias con niños frente a los desahucios; políticas de prevención y promoción de la salud infantil, que cubran por completo el coste de prótesis, audífonos y gafas para niños en el Sistema Nacional de Salud o que se proteja a los niños que viven en hogares donde todos sus miembros están en paro a través de, ponen el ejemplo,  una prestación por maternidad no contributiva.