El mes de enero trajo bajo el brazo tres enfrentamientos consecutivos entre el Real Madrid y el Sevilla, aunque los esenciales, en este caso, son los que se disputaron en la ciudad hispalense. El Sánchez Pizjuán explotó contra Sergio Ramos, algo que no es nuevo pues ya viene de lejos, más concretamente cuando el ahora capitán madridista abandonó el Sevilla para marcharse al Bernabéu.

Desde entonces, a Sergio se le recibe con pitos y cánticos de todo tipo. No obstante, todo se fue de madre en estos dos últimos partidos entre las dos entidades. El público sevillista, con el grupo radical conocido como los Biris como protagonista principal, insultó a Ramos. Se produjeron cánticos como "Ramos muérete", "hijo de puta", "Ramos, cabrón fuera del Nervión"... Todo tipo de improperios que se elevaron a la enésima potencia en el tercero de los partidos, también disputado en Sevilla.

Apoyo incondicional del club

Tras los incidentes, tanto Zinedine Zidane -técnico del Real Madrid-, como Emilio Butragueño -director de relaciones institucionales del club-, arroparon a su capitán y se mostraron decepcionados con la actitud del Sánchez Pizjuán para con un jugador crecido en las categorías inferiores del Sevilla y que ejerce como capitán de la Selección Española.

"No se debe insultar a nadie y menos a una leyenda del fútbol mundial, como Ramos. Él quiere mucho al Sevilla y a Sevilla. Que te insulten en tu casa es muy doloroso", comentó Butragueño tras el tercer partido. Por su parte, en rueda de prensa, Zinedine Zidane también defendió a su pupilo. El marsellés aseguró que "lo que ha pasado es muy feo y no se puede cambiar". Reconoció que el jugador de Camas no estaba contento y que él tampoco, aunque calificó lo sucedido algo "inevitable".