Son reacias a hablar del tema, para evitar dar publicidad a quien no la merece, pero, sin embargo, tampoco pueden ocultar su malestar.  Las asociaciones que a diario luchan por los derechos de la mujer  no han pasado por alto el anuncio de la compañía Hooters de abrir en nuestro país más de una decena de establecimientos de la cadena. El retorno a España del llamado breastaurant (mezcla de breast, pecho en inglés, y restaurant) ha generado malestar entre muchos sectores de la población. 

La mujer como objeto

Yolanda Besteiro, presidenta de la Fundación de Mujeres Progresistas, no duda a la hora de condenar a este tipo de cadenas "por sexistas". Según relata a ELPLURAL.COM, "un restaurante debería poner en valor su cocina y su servicio, no el físico de sus camareras".

El "comportamiento machista" de Hooters es, para Besteiro, "totalmente rechazable y lamentable", a lo que añade que "utilizar a la mujer como reclamo es verla como objeto y no como sujeto". Sin embargo, no ignora que "hay un determinado público para el que prima el deseo sexual, y todo negocio cuya publicidad o funcionamiento esté encaminado a despertar el deseo es muy lucrativo".

Aunque en muchas ocasiones se hace responsables también de este tipo de prácticas sexistas a las mujeres que se prestan a ello, Besteiro deja claro que "no hay que condenarlas; es necesario rechazar la conducta de quienes se aprovechan y las utilizan, de quienes abusan de la necesidad". No obstante, aclara, "todas deberíamos tomar conciencia de que cuando nos prestamos a ese juego va en detrimento de nosotras mismas y de todas las mujeres. Si somos cómplices, contribuimos a que persista". 

El papel de las administraciones

Las leyes españolas, que Hooters se ha comprometido a respetar,  condenan los comportamientos sexistas, por lo que, desde las administraciones, insite la portavoz de la Federación, "se tendrían que poner en marcha los mecanismos necesarios para evitar este tipo de prácticas".

En este sentido el Institut Català de les Dones (ICD), aunque ha evitado de momento hacer una valoración del caso concreto, sí ha advertido, a través de su presidenta, Teresa M. Pitarch, que "este organismo valora el tipo de publicidad de las empresas". En declaraciones a Europa Press, ha dejado claro que si el trato de Hooters "se considera discriminatorio será sancionable, en aplicación al código de buenas prácticas que está elaborando el ente". Del mismo modo, ha subrayado que "el ICD advierte a las empresas de que son conductas que no son éticas ni adecuadas y se pone a disposición de las mismas para ayudarlas si se trata de negocios que no se dan cuenta de que el anuncio que están haciendo va en contra de la norma". Eso sí, aclara "más allá de esto, sancionaremos". 

El alcalde en contra

En los últimos días son muchas las voces que se han alzado en contra de la llegada de Hooters a España. Carles Ruiz, alcalde de Viladecans, municipio en el que la cadena tendría previsto abrir su primer local, ha mostrado también su “incomodidad". El primer edil, además, ha escrito una carta a Ismael Clemente, consejero delegado de Merlin Properties, la compañía inmobiliaria propietaria del centro comercial Vilamarina en el que se abriría el establecimiento, para comunicarle que el consistorio ha recibido "con sorpresa" la información publicada por diferentes medios de comunicación y que circula por las redes respecto a que sea este municipio el que vaya a albergar un restaurante de la cadena Hooters.