Estamos en pleno Carnaval, un periodo que es sinónimo de risas, celebraciones y este año también de polémica. El machismo y sexismo del que dan muestra algunos disfraces infantiles han hecho alzar la voz a decenas de mujeres. La polémica saltaba hace unos días, cuando una diputada de En Comú Podem, Marta Sibina, destacaba en Twitter la “vergüenza” que sentía al ver algunas de estas vestimentas. 

“Eso también es violencia machista”, reconocía la alcaldesa de Barcelona. El tuit de su compañera incluía dos fotos de sendos disfraces para niñas de 4 a 9 años. De bombera y de enfermera ‘sexy’. Lo cierto es que cada vez son más los disfraces de este tipo. Por lo general, son vestimentas propias de distintas profesiones, pero que nada tienen que ver con los uniformes reales que llevan quienes desempeñan esa función. De este modo podemos ver enfermeras con corpiños de encaje, minifalda y zapatos de tacón de aguja. 

No sorprenden, sin embargo, los disfraces sexis para adultos. Según reconoce a ELPLURAL.COM Maty, la directora de la tienda de disfraces madrileña que lleva su nombre, “las mujeres se ven guapas con este tipo de vestimenta”, al o que añade, "si a la señora Colau no le gusta, que no se lo ponga”.

La gerente de este establecimiento, sin embargo, se muestra radicalmente en contra de los disfraces sexistas para niñas, de los que dice, son una "auténtica guarrada". En su caso, "no se me ocurre comprar esa clase de ropa para mi tienda”.

En muchas ocasiones, el problema radica en que las mujeres "no son conscientes de que con ese tipo de disfraces se está utilizando su cuerpo para hacer más atractiva la fiesta". Así lo denuncia Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, que se pregunta  "hasta qué punto es voluntaria la elección del disfraz sexy", dado que obedece muchas veces  a esa "imposición social que nos marca la estética que nos esclaviza".