Llevan años denunciándolo, pero los responsables han mirado para otro lado. El sistema de reparto de medicación en las cárceles españolas, aseguran desde la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), “pone en peligro la salud de los internos y la seguridad dentro de los centros”.

No se había prestado mayor atención a sus quejas, pero hace unos días Rosario Porto, condenada con su marido a 18 años de cárcel por sedar y asfixiar a su hija Asunta, ingirió en el centro penitenciario de Teixeiro (La Coruña), medicamentos de forma masiva para evitar su traslado a la cárcel de A Lama (Pontevedra). Saltaron entonces todas las alarmas.

Los responsables penitenciarios anunciaron que se abriría una investigación, algo que aplaude el sindicato ACAIP, que, sin embargo, deja claro que el de Rosario Porto, “ni es un caso aislado, ni es una negligencia”, dado que la situación es la misma en todas las cárceles del país.

En el  comunicado que ha hecho público el sindicato, tachan de “postureo” la actitud de los responsables de Instituciones Penitenciarias, ya que, tal y como explica a ELPLURAL.COM, Pedro Vázquez, miembro de la junta de personal de ACAIP de Coruña , el secretario general, Ángel Yuste, conoce perfectamente lo que ocurre. A su juicio es incomprensible que “se hagan los sorprendidos”, cuando está probado que en los días de reparto de medicación aumentan los incidentes. Es intolerable, que “les de igual y echen balones fuera”.  

Robos y sobredosis

El problema lo genera, explica este integrante de ACAIP, el hecho de que los presos “reciben la totalidad de la dosis para tres o cuatro días en una sola entrega”. Esto hace que “se pongan en circulación muchos medicamentos entre personas sin control”.

A partir de ahí, se producen infinidad de conflictos, “ventas y robos de medicamentos entre internos, ‘donaciones’ que generan “deudas”, a lo que hay que sumar que “los enfermos que no toman las medicinas que precisan “se descompensan” y otros sufren “sobredosis”. En algunas ocasiones, asegura Vázquez, los “internos ‘colocados’ se enfrentan incluso a los funcionarios”.

En este sentido hay informes que señalan que el número de sobredosis por medicamentos dentro de los centros penitenciarios es superior al que se registra por “heroína o cocaína”.

Falta personal

Detrás de toda esta situación, explica Vázquez a este medio, “está la falta de personal”, que afecta, tanto al área de vigilancia como al de servicios médicos. “Hace unos años”, añade “había menos internos con patologías psiquiátricas y más personal; la medicación se repartía, casi a diario, había refuerzos en fin de semana y si se trataba de ‘fármacos delicados’, los internos debían tomarlos delante del personal”.

La crisis se llevó por delante este sistema de funcionamiento, por lo que solventar los actuales problemas pasa, indica el sindicato, por “aumentar los medios humanos”.

Y a esto añade una idea que invita a la reflexión, la que tiene que ver con que si es necesario realmente el uso de tanta medicación. “Las cárceles son reflejo de lo que hay en la calle”, afirma con rotundidad Vázquez, “donde todo se arregla con medicación; pero dentro de estos centros las consecuencias son más graves”.