El debate sobre cómo se promocionan algunos establecimientos que viven del ocio nocturno parece no poder cerrarse. Hace unas semanas saltaban todas las alarmas por una publicidad que ofertaba 100 euros a quienes acudiesen sin bragas al local, y este mismo jueves en Cuenca se ofrecían copas a cambio de besos.

El anuncio lo hacía Liate, un negocio cuya forma de promocionarse ya ha sido objeto de críticas antes, y el colectivo feminista Comando Violeta no tardaba en reaccionar, tachándolo de “reprobable y discriminatorio”.

En un comunicado lanzado a través de las redes sociales, dejaban claro que ofrecer “una copa gratis a cambio de besar a quien la organización seleccione es un claro ejemplo de cosificación y sexualización de la mujer como reclamo del público masculino”.

Este tipo de eventos, subrayaban, “están normalizados y se permiten bajo la excusa del falso consentimiento de que nadie te obliga”.

Su denuncia dejaba claro que el anuncio incumplía el artículo 3.a) de la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad en el que se hace referencia a los 'anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculando del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados […]'.

Del mismo modo, Comando Violeta alertaba de que habían presentado una queja ante el Observatorio de la Imagen de las Mujeres del Instituto de la Mujer.

Pedían que se cancelase el evento y hacían un llamamiento a que no se asistiese, ni a éste ni a otros en los que “se use el cuerpo femenino como reclamo”.

 

La respuesta en las redes sociales fue masiva y el colectivo logró su objetivo. La publicidad fue retirada y la fiesta cancelada.

Sin embargo, siempre hay excepciones e incomprensiblemente algunos optaron por cargar contra la agrupación denunciante y salir en defensa de este tipo de promociones