Cómo ya sabes, el perro es el mejor amigo del hombre. Si, ya sabemos que esta frase está desgastada de tanto usarla pero tan solo aquellas personas que han compartido momentos de su vida con este animal saben que realmente es cierto.

Los perros son un tipo de animal con inteligencia única, siendo incluso capaces de realizar todo tipo de comportamientos complejos y hasta de pensar como una persona en según que momentos. Vamos a analizar algunas de las historias más curiosas en donde los perros vuelven a ser los principales protagonistas.

La historia de la búsqueda del perro

Andrew Carnegie, un excéntrico millonario de principios del siglo XX, quería muy apenado en el momento en el que su perro desapareció, por lo que puso un anuncio en el periódico ofreciendo una recompensa de 1.000 dólares a quien lo encontrase.

Cuando Andrew compró el periódico al día siguiente para ver el anuncio, descubrió que no lo habían publicado. Se personó en la redacción y allí solo estaba la chica de la limpieza, quien le indicó que no había nadie trabajando, puesto que se habían ido a buscar al animal para cobrar la recompensa.

El perro más listo 

Después de esta historia no nos extraña que más de uno pueda soñar con ellos, sobre todo con sus talentos ocultos.

Isaac Newton tenía a un perro llamado Diamond, y aprovechaba hasta la más mínima ocasión para presumir ante los demás de todo lo que sabía hacer.

En una ocasión, conversando con el famoso matemático John Wallis, este dudó de que realmente el perro tuviese esas habilidades. Newton le aseguró que antes de almorzar, el can ya había probado dos teoremas.

Wallis, irónicamente, le dijo que tenía que ser un perro muy listo, a lo que Newton contestó con no lo era tanto ya que el primero tenía un grave error y el segundo una excepción patológica.

La historia del perro para demostrar una amistad

Se sabe que Friedrich Nietzsche y Richard Wagner eran muy buenos amigos, tanto que está documentado que una ocasión, este último mandaría una carta al otro para demostrarse su afecto.

En la carta ponía textualmente: Se encuentra usted en mi corazón, entre mi mujer y mi perro.

La historia del perro sensible 

En cierta ocasión, Winston Churchill se encontraba viendo la película de Oliver Twist. Churchill quería mucho a su perro, tanto que se lo llevaba a ver las películas con él.

Pues ocurrió que, en  un determinado momento de la peli un personaje decide que debe de ahogar a su perro con el objetivo de despistar a la policía, quién le seguía muy de cerca. Churchill pensó que esa escena podría ser muy cruel para que la viera el animal, por lo que se decidió a taparle los ojos y le susurró que ya se la contaría después.