Se avecinan más problemas judiciales para Rocío Monasterio. Una antigua trabajadora de su estudio, Esther Navarro, ha presentado una nueva denuncia junto al presidente del Colegio de Aparejadores, Jesús Paños Arroyo, con motivo de un visado que tramitó la líder de Vox en la Comunidad de Madrid, según revela El País. Originalmente, este visado fue firmado por Navarro, sin embargo, Monasterio copió y pegó en ocasiones posteriores sin que la firmante tuviera conocimiento.

Esta denuncia es nueva e independiente de la registrada por Más Madrid, pero dado que se refiere al mismo caso, la Fiscalía ha incorporado estas nuevas acusaciones a la causa ya abierta.

Monasterio conoció a Esther Navarro en la Universidad y, cuando abrió su estudio, la contrató. Por entonces, según el citado medio, Navarro ni siquiera sabía que no había terminado los estudios. La líder de Vox en Madrid recurrió a Navarro para que firmara y visara un proyecto de reforma de un loft en Madrid en el año 2005. Lo hizo y, poco después se marchó. El problema vino cuando Monasterio utilizó estos mismos timbres, usando copia y pega para trámites posteriores a la salida de Navarro del estudio.

Hasta ahora, Navarro había permanecido en el anonimato. Fue la propia Monasterio la que la mentó el pasado enero para defenderse, y entonces, ella se percató de la treta: “Si se fijan ustedes, el visado del proyecto del que hablan pone un nombre que es Esther Navarro, no Rocío Monasterio. Pero a esa parte los periodistas parece que no le están prestando atención”.

Por su parte, el Colegio de Aparejadores ha lamentado que se hiciera un uso “torticero y falsario” de un visado.

"De la documentación remitida se desprende que hay indicios suficientes para entender que puede haberse cometido un delito de falsificación documental de los previstos en el art. 392 del Código Penal”, reza la denuncia, a la que ha tenido acceso El País.

Y añade: "Para la consumación de dicho delito se ha utilizado de forma falsaria la imagen de las pegatinas correspondientes al visado nº 0511764, visado expedido para certificar la corrección formal del ‘ESTUDIO Y VALORACIÓN DE ACONDICIONAMIENTO DE LOCAL PARA VIVIENDA’, redactado y firmado por la colegiada Dña. Ester Navarro Velasco. Dicha documentación era plenamente correcta y sin irregularidad alguna. Por lo tanto y en consecuencia se ha simulado la intervención de la denunciante en un documento en el que no ha tenido intervención alguna”.

El Colegio, en sus conclusiones, advierte de que con este tipo de comportamientos se pone en riesgo la credibilidad de los colegios profesionales: “El valor del instrumento del visado colegial puede verse perjudicado, si una utilización torticera y falsaria del mismo queda impune. Por ello, también desde este punto de vista es necesaria una acción legal en defensa de los intereses del Colegio de Aparejadores, pues simula la intervención de los órganos colegiales de la denunciante que realmente no han intervenido”.

Cabe destacar que, entretanto, el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) se ha visto envuelto en la polémica. Siete de los 14 miembros de la junta de gobierno presentaron su dimisión después de que la respuesta de la decana de los arquitectos, Belén Hermida, al caso Monasterio fuera débil y lenta.

La reacción Hermida a la revuelta interna fue convocar una rueda de prensa para, entonces sí, cargar contra la dirigente de Vox denunciando intrusismo: “Un médico que firma cuando no está titulado o no está colegiado, o cuando un abogado ejerce sin tener la correspondiente titulación”. Respondía a una pregunta de un periodista que le pidió que definiera el comportamiento de un arquitecto que se comporta de ese modo. “Es una irregularidad, claro, no es otra cosa. Por supuesto. Yo creo que eso no se ha puesto en duda en ningún momento”, argumentó.

Más firmas irregulares

La de Navarro no es la única rúbrica utilizada con fines cuando menos poco honorables por parte de Monasterio. Según eldiario.es, el estudio de la líder de Vox en Madrid falsificó su firma sin su consentimiento para presentar unos documentos para solicitar la licencia de obra al Ayuntamiento en el año 2004.

La víctima fue Carolina D., una cliente cuya firma están en al menos 12 planos del proyecto que previamente se había visado en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid.

Un portavoz de Monasterio aseguraba a eldiario.es que desconocía el origen de dichas firmas y dice que las clientas perdieron en los tribunales.