Nadie se atreve a poner en duda la afirmación de que los incendios forestales son una de las grandes preocupaciones medioambientales para España.

Durante los primeros 20 días de agosto del pasado año ardieron casi 19.000 hectáreas, mientras que desde el 1 de enero hasta ese mes, el total de superficie forestal arrasada ascendía a más de 35.000 hectáreasLas cifras, siendo dramáticas, escondían un dato que alguien consideró positivo: situaba hasta entonces 2016 como el tercer mejor año del decenio en esta materia.

La impunidad con la que actúan los pirómanos, la necesidad de un endurecimiento penal, la falta de medidas preventivas y de concienciación ciudadana son factores que tapan otra realidad que se queda siempre en un segundo plano: el daño medioambiental a largo plazo.

Este es el fin del proyecto ‘Sembrando los bosques del futuro’ que desarrolla el Grupo Sylvestris. Su CEO, Enrique Enciso, tiene claro que la reforestación es fundamental.

Lo hacen en grandes zonas devastadas por el fuego en el Mediterráneo. Es el inicio de un trabajo más amplio y que les otorga el calificativo de empresa de carácter social. “En general, en el 89% de los casos, para esas labores contamos con personas en riesgo de exclusión del área rural donde realizamos la reforestación”.

Su metodología es novedosa. “Utilizamos semillas que preparamos en nuestro laboratorio para que cuando las llevemos tengan muchas ganas de germinar”, lo que garantiza su transformación en “árboles en el futuro”.

Catástrofe natural

Los incendios – “en su mayoría provocados por despistes”- y el cambio climático son elementos que incrementan el riesgo al que se enfrenta nuestro entorno. “Sabemos que las condiciones climáticas en el monte están cambiando”, hasta el punto de que en algunas lugares “se está retrocediendo” por este hecho. ‘Sembrando los bosques del futuro’ recurre a la innovación constante para ofrecer una respuesta adecuada al problema. En palabras de uno de sus fundadores –el otro es Francisco Martínez Sanz- “recurrimos a esas semillas que nosotros preparamos porque garantizan la adaptación al cambio climático”.

Esa apuesta innovadora incluye, incluso, el diseño de herramientas propias. Con ellas “cualquiera pueda participar en los trabajos”, además se han convertido en la primera empresa a nivel mundial en utilizar drones para la siembra donde no pueden hacerlo personas.

La idea que propició el nacimiento de Sylvestris surgió a finales de 2013. Explica a ELPLURAL.COM Enrique Enciso que, después de una década trabajando en otra empresa, él y su socio se dieron cuenta de que “nos faltaba la parte social”.

Personas en riesgo de exclusión

Ese apartado lo representan las personas que realizan la reforestación que “siempre están en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión y son del lugar al que vamos”. “Conocemos a mucha gente que tras trabajar con nosotros les ha sido más fácil enlazar con otros empleos”, comenta tras reconocer que muchas de sus historias son “terribles”.

Ellos, suman a la labor ecológica y de reforestación, la humana como si de una luz al final del túnel se tratara. A lo anterior, ‘Sembrando los bosques del futuro’ también añade la parte empresarial, puesto que buena parte de las acciones que desarrolla está financiada por grandes compañías. “Estas empresas -indica- a través de los bosques mitigan su huella de carbono, mejoran la responsabilidad social corporativa, así como su comunicación y reputación, pero también muestran su sensibilidad con un asunto que es primordial”.

Sensibilización empresarial

Que se hagan copartícipes de la recuperación “es muy importante porque al final logras una concienciación mayor cuando, por ejemplo, te proponen que sus empleados visiten las áreas rehabilitadas”. Al fin y al cabo es mostrarles cómo queda un lugar que antes era un pulmón verde tras un despiste. “Cuando vienen para nosotros es una formación en sensibilización medioambiental de verdad”.

Además, recuerda Enrique, “el ahorro que supone reforestar con siembra directa, ya que cuesta la mitad que hacerlo con plantas”.

El carácter social y su carácter innovador ha llevado a Obra Social “la Caixa” a seleccionarlo para su programa de Emprendimiento Social. De este reconocimiento destaca “no sólo el premio económico”, sino también “la formación de altísima calidad en el IESE, que nos ha permitido conocer a expertos en diferentes campos y a gente de otros proyectos y de otros sectores”.

Enciso tiene claro que “los bosques no se inauguran” porque “una semilla es árbol después de 40 o 50 años y esto no es políticamente rentable”. No es el metro o un hospital, tan recurrentes para la foto, pero de ellos, depende el ser humano, de ahí que Sylvestris no ceje en su empeño.

La mitad del suelo español es forestal y “el monte es nuestra vida”. Si no lo cuidamos (también presupuestariamente) el futuro se antoja más que complicado. Por fortuna, mientras los políticos continúan con 'sus' rotondas y avenidas, “nuestra misión es llenar el mundo de árboles forestales”, concluye Enrique enciso. “Para eso nos levantamos todas las mañanas”.